Otro modo de ser / Sandra de los Santos

La denuncia de acoso sexual de estudiantes en la Facultad de Veterinaria de la Unach

Sandra de los Santos / Aquínoticias

«El Dr Manzur reprueba y pide sexo a cambio de pasar pone 0 a todos». «El Dr Manzur se la pasa acosándome en el salón y pidiendo sexo». «El médico Alejandro Cárdenas se la pasa pidiendo fotos desnudas a las alumnas». «El médico Alejandro Cárdenas pone 10 a cambio de sexo ¡Acosador!». «Me puse nerviosa al pasar frente al grupo y Manzur me dijo: «y eso que no me has visto desnudo y con mi tanguita de elefantito». «El Dr Bernardo saliendo de una exposición dijo en tono en morboso que esa blusa me quedaba bien y jalo una cinta que esta llevaba» estas son tan solo algunas denuncias que hicieron las alumnas de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) en el «Tendedero del acoso».

Los nombres de los profesores se repiten. Algo común cuando se ha realizado esta actividad en otras facultades y universidades. Son los mismos teniendo las mismas prácticas asquerosas de siempre, pero ahora la diferencia es que están siendo exhibidos, denunciados. La impunidad les ha permitido seguir adelante con este tipo de acciones.

El acoso que viven las mujeres estudiantes es una de las causas de deserción escolar, además, que también trae repercusiones en su desempeño académico. Las jóvenes universitarias dejan de ir a la escuela, de entrar a ciertas clases debido a que los profesores las intimidan, las acosan. Eso las pone en desventaja, vulnera sus derechos, no permite que la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres sea posible.

En la Unach se han dado algunos despidos, pero no son nada en comparación del problema. Las acciones que se han implementado parecen tímidas y sin recursos. Carecen de sustento y de una política a largo plazo.

Las denuncias van a seguir y la problemática va aumentar si las autoridades de las propias universidades, la Unach en este caso, siguen  la política nacional del gobierno de dejar pasar las cosas, de ser indolentes, de no alcanzar a ver la dimensión de la organización que estamos logrando las mujeres en diferentes ámbitos.

Si algo puede lograr una movilización nacional fuerte y duradera son las exigencias de las mujeres, que están naciendo y organizándose en las universidades. En distintas instituciones educativas las huelgas y manifestaciones de las mujeres han nacido después de las denuncias públicas de acoso sexual de parte de docentes a estudiantes y la falta de respuesta de las autoridades universitarias.

El rector de la Unach, Carlos Natarén está a tiempo, antes de ser acusado de más omisión,  de presentar un plan de acción en todas las facultades, escuelas e institutos de la universidad para evitar el acoso en las aulas. Lo que sucedió en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia ya había pasado en la Facultad de Humanidades, y se va a repetir en cada espacio universitario.

Los tendederos del acoso han sido de las actividades más retomadas en las universidades. Esta iniciativa es de la artista feminista, Mónica Mayer, quien hizo uno por primera vez en 1978 para que las mujeres pudieran decir qué es lo que no les gustaba de su ciudad. Las jóvenes se han apropiado de la instalación artística y han utilizado este medio para denunciar el acoso en las universidades, en el lugar que debería ser puerto seguro. El sitio que debe ser construcción de conocimiento y no un espacio de violencia.

 

 

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