Palestra / Rodrigo Ramón Aquino

Construir en la diferencia

En política también llueve y, como es natural, perder duele. Las noches tristes suelen ocurrir cuando de verdad se apuesta a ganar. El duelo en estos casos es inevitable. Pero como todo en la vida, pasa; al final de la tormenta vuelve la calma y la esperanza de luchar otro día se abre paso, como rayo de sol entre las nubes. Pocas, muy pocas veces, las derrotas representan un verdadero Waterloo para los políticos (perder no solo la batalla, sino también la guerra).

Pero a veces es difícil domar las pasiones y domesticar la naturaleza humana es una tarea que muchas veces lleva toda la vida. Si para perder se requiere temple y madurez, para ganar se requiere aún más, sobre todo en política. Sin duda es tentador regodearse en el triunfo y hacer escarnio y leña del árbol caído. En el mejor de los casos no es más que una mera satisfacción temporal que alienta resentimientos duraderos. Leí varias líneas dedicadas, por ejemplo, a la senadora Sasil de León. Estoy seguro de que si a alguien le dolió perder en el proceso interno de Morena, estando tan cerca, fue a ella.

Afortunadamente la euforia del triunfo y la melancolía de la derrota poco a poco está quedando atrás. El mensaje de Eduardo Ramírez Aguilar, coordinador de la defensa de la 4T en Chiapas, es claro: unidad, unidad y unidad. Sus años en la escena política nacional, su experiencia y aprendizajes tanto políticos como académicos, se notan. Mejor que nadie, él entiende que hoy en política nadie gana todo y nadie pierde todo, sobre todo cuando se forma parte, más que de un partido, de un movimiento nacional.

La frase de Una casa dividida contra sí misma, no puede prevalecer, de Abraham Lincoln aplica muy bien hoy para Chiapas. Fue la bandera con la que Lincoln ganó la presidencia de los Estados Unidos en 1860. Un ideal surgido de aquellos grandes debates sobre la esclavitud de 1858 entre Lincoln y el senador Stephen Douglas. Un ejemplo de que la discusión pública de las ideas, por más encontradas que estas sean, enriquecen la dinámica pública y fortalecen la democracia.

Otro ejemplo de que es posible construir en la diferencia es la transición política en Sudáfrica iniciada por Nelson Mandela en 1990. Después de décadas de apartheid, Mandela emergió como un líder que abogaba por la reconciliación y la construcción de un país unificado. A pesar de las tensiones y divisiones históricas, Mandela optó por la sana competencia y la inclusión, trabajando junto a sus antiguos adversarios para establecer una democracia multipartidista.

Acabamos de vivir prácticamente una preelección de gobernador de Chiapas. La condiciones están dadas y hay tiempo de jalar con todos, involucrar a todos, resolver los probemas históricos de nuestro estado, juntos, como una casa unida que prevalece.

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