Poner a las mujeres futbolistas en el centro de la cancha

Keyla Espinosa Estrada es ex jugadora chiapaneca y promotora deportiva. Nos cuenta todas las desigualdades de género que prevalecen en el deporte más popular en México

Sandra de los Santos / Aquínoticias

El salario promedio de una jugadora de fútbol profesional en México es de 4 mil 500 pesos mensuales y el de un hombre es de 150 mil pesos, es decir, un jugador masculino gana 35 veces más que una mujer compitiendo en el mismo deporte dice Keyla Espinosa Estrada, ex jugadora chiapaneca.

La mujer de 31 años estuvo en la selección Chiapas de fútbol femenil así como en diferentes equipos amateur. Aunque le hubiera encantado llegar a nivel profesional, la situación era y es difícil. Nadie puede vivir con esos salarios.

Keyla se define como una aficionada y promotora del fútbol femenil. Aunque ha sido un deporte que como muchos otros ha estado masculinizado, siempre ha habido una participación de las mujeres, que se ha invisibilizado y ella trata de sumar para cambiar eso.

«Las mujeres siempre hemos estado ahí, en las colonias y los municipios hay hasta 10 equipos de mujeres que juegan de manera regular y lo valioso es que no hay un rango de edad, es una categoría libre» cuenta la ex jugadora.

La cancha de fútbol es propiedad de los hombres desde la infancia. Las mujeres son desterradas de ese terreno. En las horas de recreo o de educación física en la escuela basta asomarse a esos espacios para ver que quienes están ahí son niños. Las calles, en cambio, son un poco más democráticas. Las mujeres le entran al fútbol llanero, en donde la portería se define con dos piedras.

En el fútbol profesional, dice Keyla, la situación es más difícil. No solo es la cuestión de salarios, sino el constante acoso laboral y sexual que sufren las jugadoras. Sus cuerpos son sexualizados y estereotipados.

Recuerda que cuando se creó la liga femenil en México entre los empresarios acordaron un tope salarial para las jugadoras de 15 mil pesos, después fueron sancionados.

La promotora del fútbol femenil continúa con los ejemplos. Cuando las Rayadas de Monterrey ganaron el campeonato lo que les dieron como premio fue una Tablet.

El argumento principal para tener relegadas al fútbol femenil es que no hay personas aficionadas, pero es difícil formar un público cuando se le pone todos los obstáculos. Para ver los partidos de la liga de mujeres se tiene que pagar un servicio especial. Solo Tigres y Atlas transmiten sus partidos sin que haya que pagar. Las campañas de publicidad para promocionar los partidos de esta liga no tienen presupuesto y los espacios que dan los medios al tema son restringidos. «Los periodistas deportivos ni siquiera se saben los nombres de las jugadoras cuando narran los partidos».

Cualquier mito que pueda haber que intente justificar la brecha de género tan grande que existe en el fútbol, la activista, lo clarifica: «dicen que las mujeres no damos espectáculo en el fútbol, me ha tocado ver partidos de clásicos entre los equipos varoniles que no hay ni un gol y que nadie tiene ganas de jugar, y pasa todo lo contrario cuando son mujeres las que están en la cancha».

Keyla es militante feminista y busca accionar desde el deporte. «Me motiva aportar lugares seguros para las mujeres, no existen protocolos de atención y prevención de la violencia de género en la Federación Mexicano en los clubes de fútbol, yo sé que el esfuerzo que hago es individual y puede ser poco, pero confío que en algún momento sea colectivo».

Las mujeres en el fútbol piden lo mismo que en otros deportes: una cancha pareja y que su sueldo  no sea definido por su sexo.

 

 

 

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