Sus tierras quedarán bajo el agua, el único patrimonio que tienen y que no les quieren pagar
Eleazar Domínguez Torres
[dropcap]L[/dropcap]uego de denunciar que con la puesta en marcha de la presa Manuel Moreno Torres, los ejidatarios perdieron tierras cultivables, algunas quedaron sepultadas bajo el agua y otras más quedaron eternamente improductivas, un grupo de ejidatarios dijo que con el proyecto hidroeléctrico «Chicoasen II» nuevamente vuelve la incertidumbre y el temor ante ellos por el engaño del cual han sido objeto por parte de Comisión Federal de Electricidad.
Para Rosa Jiménez López, propietaria de dos hectáreas de tierras que comprenden la parte baja y alta de su propiedad que se encuentra en las márgenes del río Grijalva dijo: «en este lugar ya fuimos afectados en una ocasión y ahora de nueva cuenta vamos a volver a ser afectados, el representante negociador de CFE no ha dicho que vendrá pero hasta el momento aquí no ha llegado y esperamos que gente vinculada a derechos humanos nos brinde las orientaciones respectivas puesto que hoy nuestras tierras donde hemos trabajado siempre están en grave peligro y ahora podemos perderlo todo».
En entrevista para esta casa editorial justo donde la totalidad de sus tierras quedarán inundadas bajo el agua, al tiempo de exhibir un croquis elaborado por la CFE donde su propiedad está marcada dentro de la zona afectable, Jiménez López abundó que en la parte alta sus tierras quedaron totalmente inservibles por lo que resignada a su suerte trabajaba la parte baja la cual poco a poco ha ido desapareciendo toda vez que el río ha ido ganando territorio.
Dijo además que de ser poseedora de una maravilla natural puesto que su propiedad esta colindante con el Grijalva y con el río «Chiquito», ahora sólo le quedará eso en el recuerdo: «y ahora pedimos ayuda de todos los que nos escuchen y que nos puedan ayudar, para mi este lugar es sagrado porque aquí hemos trabajado y cultivado la tierra tanto mi tío como yo y como usted puede apreciar toda vía quedan algunos árboles de naranja pero cada vez que sube el río nos arrebata un pedazo más de tierra».
Luego de asegurar que sus cultivos se han ido perdiendo lentamente ahora se verán obligados a enfrentar una nueva amenaza pues con este nuevo proyecto el resto de sus tierras junto a las márgenes del río que aún es productiva también le serán quitadas y que solo le quieren dar cuarenta y cinco mil pesos por hectárea durante dos años y que además CFE solo les acepta por propietario la contratación de una persona, y no quieren pensionar de pro vida a las personas mayores las cuales perderán sus tierras y pues ellos se encuentran frente a una enorme desventaja porque los adultos mayores ya no tendrán con que ganarse la vida.
«A los viejitos los hicieron firmar con engaños, les dijeron que si iban a recibir la pensión y finalmente ya les han dicho de manera categórica que no les darán nada, somos como 210 ejidatarios que vamos a ser afectados, y no tenemos apoyo ni municipal ni ejidal porque el Comisariado anda bailando y si el señor presidente de la república nos escucha que por favor se ponga las manos en el corazón y al gobernador del estado que se dé cuenta que nosotros como ejidatarios hemos vivido de nuestra siembra y que no es justo que por una miseria nos las quieran afectar y la necesidad que tenemos de pelear por nuestras tierras es mucha».
Por su parte, Rubén Jiménez López, quien aún conserva el triste sabor de boca de haber perdido sus tierras en la primera ocasión sin que se le haya pagado por ese concepto ni un peso dijo señalando hasta donde está ahora el cauce del río ahí tenía una fila de palmas de coco y de árboles de mango, tenía árboles de guanábana, por acá entraba el agua y tenía cultivo de hortalizas, así como árboles de lima, matas de plátano y ahora ya no tengo nada por lo que pido a las autoridades competentes que no permitan que se vuelva a cometer otra injusticia en nuestra contra», finalizó.
(Con información de muralchiapas.com)
