¿Por que Hillary Clinton no convence a las votantes menores de 30 años? / Álvaro Robles

La candidata demócrata Hillary Clinton defiende que ha luchado toda su carrera para que las mujeres puedan tomar sus propias decisiones «incluso si eso supone que no me votarán a mí». Lo afirmó pocos días después de saber que la mayoría de las votantes menores de 30 años, prefiere a Bernie Sanders. Clinton, una mujer a la que se atribuyen algunos de los mayores avances de la igualdad en Estados Unidos, se ha topado con una brecha generacional y no logra convencer a las jóvenes que más se han podido beneficiar de su lucha.
Muchos preguntan si es sexista asumir que las jóvenes iban a votar a Clinton simplemente por ser mujer, o si la generación de los veinti – trientañeras -millennials cómo se les conoce en EUA- simplemente ha dado por sentado los avances por los que hubo que luchar durante décadas y no reconocen a Hillary como una de las promotoras más destacadas.
Ser una mujer es un obstáculo mayor para las candidatas republicanas que para las demócratas, según una encuesta electoral reciente y la preferencia por un partido está por encima del género del candidato a la hora de votar.
«Clinton necesita explicar a las jóvenes por qué esta revolución le necesita más que nunca», asegura Jay Newton-Small, autora de Broad Influence -una obra que describe cómo las mujeres están cambiando la cultura laboral de Estados Unidos- Newton-Small da cuenta en su texto de la «revolución «silenciosa» ocurrida entre 1970, cuando se anularon las leyes que exigían a las mujeres tener autorización de su marido para trabajar, y la actualidad. Las mujeres representan hoy el 47% de los trabajadores en Estados Unidos.
«Hillary Clinton no representa un cambio radical. Barack Obama sí lo hizo, como ahora Bernie Sanders. Eso es lo que gusta a los millennials». Hay una diferencia más: los más jóvenes ponen por delante las preocupaciones de su generación —como la deuda estudiantil o la desigualdad racial— que el género del candidato. «Puede que Clinton sea una mujer, pero también es blanca y privilegiada», dicen. Para muchas mujeres Hillary es una «política» y como tal es parte del problema».
Quizás Clinton, como asegura Newton-Small, no haya sabido demostrar aún al electorado femenino que la igualdad total no existe y que el movimiento aún le necesita. Las mujeres todavía ocupan apenas el 3% de los puestos de liderazgo en los fondos de inversión, el 1,5% de la presidencia de las empresas y menos del 40% del profesorado universitario.
Dos columnistas de Vox apuntan al factor del «sexismo tardío». Nunca en la historia las estadounidenses han esperado más tiempo para casarse y/o tener hijos. «Cuando llegan a la treintena, las mujeres se enfrentan a un doble choque: las expectativas por su género en cuanto a crear una familia y los límites sexistas que les impiden avanzar en su carrera por esa decisión». Aunque ahora las millennials no sientan que le deben nada a Clinton, aseguran, «puede que en unos años se sientan de otra manera».
«Parece que las votantes más jóvenes empiezan a mirar a Hillary como una candidata más y no como un imperativo histórico», escribió la columnista Maureen Dowd en un devastador artículo titulado Cuando Hillary Clinton asesinó al feminismo. «Las jóvenes que apoyan a Sanders están viviendo el sueño feminista, donde el género ya no restringe ni define tus pociones, donde las niñas crecen sabiendo que pueden llegar hasta donde quieran. Las aspiraciones de los 70 ahora son parte de la cultura», dice Dowd.
De vuelta a la realidad, puede que ese sueño sea ahora la pesadilla de Clinton.
Cristina F. Pereda

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *