Reniegan ser padres de la Reforma Energetica: Anaya y Meade

FOTO: SAÚL LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM

En medio de la discusión entre panistas y priistas sobre quién es responsable por el incremento de los combustibles la coordinadora de la bancada en San Lázaro les recuerda que a la «gente no se le puede engañar» y que México sabe que ellos fueron los artífices de la reforma que prometió bajar los precios de la luz, la gasolina y el gas

Agencias

[dropcap]E[/dropcap]ra 20 de diciembre de 2013, se había aprobado ya la Reforma Energética y el panista Ricardo Anaya Cortés, entonces presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, subió al estrado para hablar del logro que significaba que fuerzas contrarias se pusieran de acuerdo en el Congreso de la Unión para aprobar las reformas que fueron postergadas por décadas.
«Que nadie se confunda: la reforma que aprobamos ha cumplido con todos los plazos y requisitos que establece la Constitución […]. La Reforma Energética es constitucional y el mundo entero ha volteado su mirada a nuestro país […]. La historia sólo confirmará que hicimos lo correcto cuando la Reforma Energética se traduzca de manera concreta en inversión productiva, crecimiento económico, generación de empleos, soberanía energética y disminución en el precio de los combustibles, empezando por el precio de la luz. Habremos triunfado cuando la reforma se traduzca en una mejora de la calidad de vida de los mexicanos y las mexicanos», dijo entonces.
Luego advirtió que «en sólo unos meses logramos las reformas que habían sido postergadas por décadas». «No tengo duda y, tampoco ustedes deben tenerla, de que vienen tiempos mejores para nuestro país», afirmó.
Cuatro años después, el hoy como abanderado a la Presidencia a la República por una coalición entre el Partido Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), enfrenta la realidad: protestas ciudadanas por el incremento del precio de los combustibles y el alza del costo de la canasta básica –huevo, frijol, azúcar, arroz, pollo y papa, entre otros– encarecidos en los primeros días de 2018.
Lo mismo ocurre con José Antonio Meade Kuribreña, precandidato a la Presidencia de la República del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus aliados, a quien el dirigente del PAN, el partido que aprobó la Reforma Energética junto con los priistas, ha llamado: «el padre del gasolinazo».
«El PRI miente y pretende confundir a los ciudadanos, cuando ellos, y concretamente Meade, son los padres del gasolinazo. El precio de la gasolina tiene una estructura en la que casi el 40 por ciento de lo que se paga son dos impuestos, el IEPS y el IVA. Desde la legislatura pasada, los diputados federales del PAN votaron en contra de la Reforma Fiscal que contemplaba aumentar esos y otros impuestos», dijo esta semana Damián Zepeda Vidales, presidente nacional del PAN.
Para Rocío Nahle García, coordinadora de la bancada del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en San Lázaro y probable Secretaria de Energía de ganar Andrés Manuel López Obrador la Presidencia en los comicios de este año, lo que sucede entre ambos partidos es «insultante para la inteligencia de los mexicanos».
«Es insultante para la inteligencia de los mexicanos ver a los panistas peleándose entre ellos y con los priistas para ver quién es más traidor, o a los priistas discutiendo en el mismo sentido. Anaya era el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, él y los panistas y todo el mundo salieron hablando y dijeron que era una maravilla: [Vicente] Fox, [Felipe] Calderón, todos, Meade también es culpable», dijo en entrevista con SinEmbargo.
Morena era entonces apenas un movimiento que aspiraba a ser partido cuando se aprobó la Reforma Energética y vivió, en aquellos días, horas de agitación durante las protestas alrededor del Senado de la República y la Cámara de Diputados.
Fue el 10 de diciembre de 2013, minutos antes de las 12 de la noche, cuando con 95 votos a favor del PRI, PAN, Verde y 28 en contra del PRD, PT y MC, los senadores aprobaron la Reforma Energética con la promesa de que bajarían, en un primer momento, el precio de la luz, el gas y la gasolina.
Luego, el 12 de diciembre antes de medianoche, mientras los mexicanos celebraban el Día de la Virgen de Guadalupe, los diputados avalaron la reforma aprobada por los senadores.
Pero el tiempo y la historia no le dio la razón a los legisladores, como dijo en aquel discurso Ricardo Anaya: el Gas LP ha subido alrededor de 58.96 por ciento durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, mientras que al cierre de 2017 la tarifa de la luz para el sector residencial aumentó 0.65 por ciento y para el sector comercial 18.5 por ciento. Lo mismo ocurrió con las gasolinas, pues entre 2012 y 2016 la Magna y la Premium aumentaron 29.32 por ciento y 30.25 por ciento respectivamente. El diésel subió 30.97 por ciento.
«No pueden engañar a la gente. Toda la gente en México lo sabe. Es un insulto a la inteligencia. Sólo hay que irse a la historia de hace cuatro años: ahí está la votación. La aprobaron un 12 de diciembre de 2013 y al año se llevaron a cabo las reformas a 21 leyes secundarias. No pueden deslindarse de algo de lo que hay evidencias», argumentó Nahle García.
La legisladora recordó las promesas fallidas, las proyecciones «demasiado optimistas» a las que Morena, como movimiento apenas, se negó.
«Nosotros dijimos que estaban abriendo mal el sector, que se tenían que ir con tiento. Se temía que valorar a la hora de las licitaciones, hacerlo por partes, ir viendo resultados y conforme fuéramos teniendo éxito, replicar. No podemos decir que no, pero lo hicieron todo mal», dijo.

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