Requiem para El Heraldo de Chiapas

A todas y todos mis compañeros con quien compartí la sala de redacción de El Heraldo de Chiapas

Sandra de los Santos / Aquínoticias

La imagen que más recuerdo de El Heraldo de Chiapas es del 2005. No solo la región Soconusco estaba siendo afectada por las lluvias, en menor medida en diferentes lugares del estado había inundaciones. Llegué a la redacción junto con uno de mis compañeros fotógrafos. Traíamos los zapatos llenos de lodo. En la entrada del periódico vimos una fila de zapatos que estaban en la misma condición que los nuestros. Al entrar a la sala de redacción la mayoría andaba en calcetas tecleando, conversando con las y los diseñadores o los fotógrafos. La mayoría había tenido jornadas largas, de haber conversado con las personas afectadas, todos traíamos alguna historia y queríamos contarla. Esa sala de redacción estaba viva, llena de personas apasionadas de su oficio. A gusto con lo que hacían, con lo que construían.

El 30 de abril del 20o4 salió por primera vez El Heraldo de Chiapas de la Organización Editorial Mexicana (OEM). Desde meses antes se empezó a conformar el equipo que haría posible la publicación del periódico. Tan solo en el área de redacción éramos, en ese entonces, 7 reporteros y 7 fotógrafos, además, de las y los editores de cada sección, correctores de estilo, diseñadores,  y los jefes de información y redacción. Un equipo grande en comparación del personal que tenían los otros periódicos. En este momento creo que ningún medio tiene una redacción de ese tamaño.

Para quienes éramos parte del equipo todo se ponía mejor porque teníamos algo que antes era impensable en los medios de comunicación en Chiapas: un sueldo más o menos decente y prestaciones laborales. Hasta afiliados a un sindicato (bastante cuestionable) estábamos.

Una sala de redacción abre la puerta a un sinfín de oportunidades de aprendizaje porque permite hacer comunidad con los otros y las otras. Se pueden rebotar las ideas con las y los compañeros, construir una historia junto con ellos.

Un periódico es como una función de teatro. Al final del día solo se ve el trabajo de las y los actores, en este caso periodistas, pero atrás está el empeño de un montón de personas que hacen que la puesta en escena sea posible: correctores de estilo, editores, diseñadores, todo el personal de rotativa, voceadores, directivos, administrativos. Nunca se sabe quién es el que va a salvar el día o quien estará a un paso de echar a perder todo. Pero, siempre se trata de un equipo, de hacer comunidad, de cuidarse, de estar para el otro.

En más de una ocasión protestamos, de las maneras más diversas, para defender nuestro trabajo. Una vez, es la que más recuerdo, pusimos al final de nuestro presupuesto informativo (son los adelantos que las y los periodistas damos para la junta de redacción) una nota que decía: «Esta información no es pagada, pero consideramos que tiene todo el sentido periodístico y fue reporteada con profesionalidad». La idea se nos ocurrió mientras tomábamos pozol en el mercado. Era común que después de reportear y antes de ir al periódico nos reuniéramos reporteros y fotógrafos a tomar pozol o para ir algún botanero (no nos juzguen no bebíamos en horario laboral, íbamos por la botana –guiño, guiño-).

En los primeros años de El Heraldo de Chiapas todo era felicidad o al menos así lo recuerdo. Soy de las personas que logra al pasar el tiempo recordar lo mejor de cada etapa. Lográbamos entre todos capotear la censura, aunque, no siempre teníamos éxito. Aún con todo nos gustaba el trabajo final. No nos daba vergüenza llegar con el periódico del día a nuestra casa, y decir que éramos parte de quien construía ese diario. Después, la historia cambio. Al menos para mí. Había que irse, mudarse, buscar nuevos caminos, otros y otras se quedaron a dar la batalla.

Dos

El próximo 30 de abril el Heraldo de Chiapas cumpliría 16 años de salir de manera impresa. Este 03 de marzo informó que su edición de este día sería la última impresa ya que supuestamente solo saldrán en digital.

En todo el mundo los periódicos impresos están a nada de la quiebra, los medios digitales los están desplazando. Aunque estos últimos tampoco es que vivan sus mejores tiempos. No han encontrado el modelo de negocios que les permita no solo tener visitas, sino también ingresos económicos. Ese es un tema largo que algún día espero abundar.

Tres

Conforme fue pasando el día pasé de la nostalgia a la indignación. Al conocer la situación en la que la Organización Editorial Mexicana (OEM) está liquidando al personal. Algunos de los trabajadores se enteraron de que se quedaron sin trabajo por la publicación de ayer del periódico, de un día para otro supieron que se quedaron sin su fuente de ingreso. El proceso de liquidación aún se está dando, pero la situación no es ni cercana a lo deseable.

El Heraldo de Chiapas fue escuela para muchas personas, pero solo algunas  se enriquecieron con el periódico. Las y los demás solo nos llevamos aprendizaje. Al final del día, dice Gabriel García Márquez, es la vida la que se encarga de decir quien sirve y quien no sirve.

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Un comentario

  1. Excelente Requiem. Saludos desde Guatemala – en este momento -, soy hondureño y, forme parte de El Heraldo de Chiapas de el año 2012 al 2013 como colaborador, vendedor, y publireportero gracias al licenciado Gerardo Mariz Soler, en ese tiempo encargado del departamento de circulación, a quien no tuve o he tenido la oportunidad de conocer personalmente y, en el 2016 al publicar unas entrevistas de mi opera prima como escritor. Conforme a mi fe, quiero compartir que fue un trabajo de mucha bendición. En la actualidad me encuentro preparándome para la defensa de mi Tesis como Licenciado en Periodismo; buscando datos históricos de el Periódico he llegado aquí. desconocía que desde el 2020, se manejaba digitalmente.

    Saludos y gracias, gracias muchas gracias por la oportunidad, fue la primera a nivel internacional.

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