Se vive un Mexico mas desigual que hace 50 años: «los que mas tienen deben contribuir a una sociedad mas justa»

Foto: José Luis González / Reuters.

La especialista del Instituto de Investigaciones Sociales, María Cristina Bayón, plantea que el neoliberalismo no se terminará por decreto, sino con políticas que orienten a un modelo económico y social más justo, donde los ricos paguen más impuestos

Lucero Natarén / Aquínoticias

La especialista del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María Cristina Bayón considera que el neoliberalismo, al cual se culpa la pobreza actual de México, no puede desaparecer por decreto, sino a través de políticas que orienten a la construcción de un modelo económico y social más justo.

De hecho, de acuerdo con el libro que coordinó Bayón, Las grietas del neoliberalismo. Dimensiones de la desigualdad contemporánea en México, se vive en sociedades más desiguales que hace 50 años, «Tenemos que volver a hablar de Estados de bienestar, de políticas públicas progresivas, de servicios públicos de calidad, de la defensa del medio ambiente, del derecho a la tierra, al agua, etcétera, y acerca de que quienes más tienen deben contribuir a lograr una sociedad más justa».

Así mismo, añadió, las contribuciones no solo deben ocurrir mediante la filantropía, sino a través de pagar más impuestos. «No tiene que ser una voluntad de los ricos, debe ser una política de Estado».

En lo que respecta al neoliberalismo, el cual el gobierno actual considera terminado, la socióloga afirmó que «tiene que haber no sólo una redistribución de la riqueza, sino también una redistribución del poder y de las fuentes del poder en la sociedad. No puede ser que todo el poder económico, político, mediático, judicial, esté concentrado en unas pocas manos».

Por otro lado, agregó, otro elemento de la presencia del neoliberalismo es el ataque a los estados de bienestar, «al Estado como garante de derechos sociales básicos, los cuales se tienden a privatizar y cada quien accede a la salud, la educación, la vivienda que puede pagar y no hay piso mínimo de bienestar garantizado para todos».

Finalizó diciendo que «cuando los niveles de desigualdad son muy altos esto afecta la convivencia social y pasamos a vivir no únicamente en sociedades desiguales, sino en profundamente fragmentadas y muy poco solidarias».

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