En Sintesis… / Vinicio Portela Hernandez

La clase política también debe apretarse el cinturón

… «el ajuste en el precio de la gasolina no es resultado ni de la Reforma Energética, ni de la Reforma Hacendaria, ni se debe tampoco a un incremento en los impuestos. Refleja, más bien, esta medida el aumento en los precios internacionales de la gasolina, y es una medida responsable y consistente en lo que he definido es una prioridad para mi Gobierno, que es preservar la estabilidad de la economía de nuestro país. No hacerlo así, el costo de ello; el costo de no velar de forma prioritaria por nuestra estabilidad económica, sería aún mayor, mucho más doloroso y costoso de lo que significa la medida que se ha tomado»… estas fueron las palabras textuales del Presidente Enrique Peña Nieto en su primer mensaje a la nación de este 2017, donde nunca mencionó cuál eran esas consecuencias casi catastróficas.
El Ejecutivo Federal pidió «comprensión a la sociedad», sin embargo es «incomprensible» que pida ese apoyo desde su opulencia, cuando la carga de estas medidas afectarán solamente al pueblo quienes verán mermado su raquítica economía aún cuando presuma el gobierno que les subió el salario mínimo.
Y es que para los políticos puede parecerle que no existe un fundamento para las manifestaciones de la sociedad inconforme, ya que a ellos se les paga todo, se les da a manos llenas y en bandeja de plata.
Porque es de todos sabidos que en México sólo existen dos clases privilegiadas, los políticos y los ricos, el resto somos los jodidos, los faquires que aguantamos todo hasta la miseria. Pero en este nuestro México hasta los ricos ya protestan, ya están sintiendo lo que por siglos hemos aguantado el resto.
Sí en verdad el Presidente quiere que comprendamos el «gasolinazo», entonces debemos pedirle que se quite de sus privilegios, que se reduzca a la mitad su salario, al igual que toda la cúpula política, de mandos medios para arriba, que no se les paguen su telefonía celular, que les dejen de dar vales de gasolina para llenar sus vehículos de ocho cilindros, que no se les costeen sus viajes y sus comidas.
Sí Peña Nieto quiere la comprensión entonces que venda su avión presidencial, que no se les pague por el vestido, calzado, alimentación y viajes a sus familiares, que también se aprieten el cinturón.
Si verdaderamente quiere el apoyo del pueblo, entonces que los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Legisladores, los Consejeros del Instituto Nacional Electoral, y otros tantos dejen de entregarse bonos millonarios y premios por hacer su labor, que dejen de viajar y que sólo tengan dos asistentes, porque hasta el carga maletas tienen secretario particular.
El Ejecutivo Federal quiere comprensión a un pueblo en la miseria, pero puede salir a pedir el apoyo ataviado con un traje que seguramente le costó unos 15 mil pesos o más, después de haber desayunado un platillo preparado por un chef profesional, de haber viajado en helicóptero y llegar con un séquito de personas para decir su primer mensaje a la nación, para después ese grupo de aplaudidores que se encontraban en el salón lo felicitarán por el discurso simple, raquítico y alejado de la realidad social.
Cómo es posible, hasta dónde ha llegado el descaro del Presidente Peña Nieto, de pedir comprensión, cuando llega de unas vacaciones que también fueron cargadas al erario público.
No hay congruencia de la clase política, no hay inteligencia para resolver las cosas, todo lo llevan por el camino más fácil y que no les afecte sus privilegios e intereses. Por qué no cambian sus acciones, es bien sabido del grado de corrupción que hay al interior del gobierno, por qué no cambian eso, se los puedo asegurar que hay más fuga de dinero que todo el presupuesto para que sigan pagando el subsidio a los combustibles y nos cueste cinco pesos el litro de gasolina, sí pararan la corrupción y se desapareciera la impunidad seríamos de las máximas economías mundiales porque lo tenemos todo, pero ellos, los que administran esas riquezas se lo roban también todo.
Así que no pida comprensión el Presidente Enrique Peña Nieto, el pueblo se cansa y las manifestaciones violentas por todo el territorio nacional dan cuenta de ello, hay un descontento generalizado que hasta los ricos también comienzan a llorar la pena de haber creído en esta administración de mentiras, donde las dirige un mitómano que puede asegurar un día que se acabarán los gasolinazos y al otro día pide comprensión a la sociedad por el mayor «gasolinazo» de la historia, cuando el dólar cuesta 21 pesos y Estados Unidos amenaza con deportar a millones de connacionales y cobrar por las remesas, que dicho sea de paso es dinero que sostiene al país.
Así que no mame EPN, cuando veamos que usted se aprieta el cinturón, junto con la cúpula política, es cuando tendrá calidad moral para pedir comprensión a la sociedad.

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