Tubo de ensayo / Rene Delios

Ya se sabe que Manlio Flavio Beltrones será el nuevo dirigente nacional del PRI.
Esto aún se dijo que no era el del visto bueno en Los Pinos, pero pesó mucho el que su posible competidor, ni siquiera estaba registrado como militante y fue asunto, rápidamente superado, luego de que los priistas de cepa, cerraron filas en torno al sonorense, y desde luego, dado la fragilidad de la credibilidad presidencial ante la opinión pública, entrar en controversias con el partido era ya mucho arriesgar, más ahora que queda claro que el llamado neopresidencialismo no es tal.
Beltrones fue desde luego aceptado en todas las capas partidistas en provincia; para los cotos de poder regionales es un militante conocido, incluso apreciado, y que demostró que pudo compactar a su bancada de la que aún es coordinador hasta el primero de septiembre, en el proceso de análisis de las reformas estructurales y desde luego, proyectar el pacto por México en la cámara de San Lázaro.
Los hay los que, señalan que aún no fuera el originalmente propuesto, fue un buen acierto no insistir en la imposición; sería quizás el primero en llegar a tal posición sin la orden expresa del presidente, el primer priista del país, como pomposamente se le sigue llamando al mandatario.
De esta manera el partido en el poder cambiará dirigencia.
Pero no de una forma democrática pura: nada tiene que ver con las bases ni con el apoyo popular de los millones de militantes priístas en el país, tiene que ver con lealtades y reacomodos que quieren en esos cotos de poder regionales, ambiciosos por 2016.
El PRI es bueno para simular hasta la democracia; lo hizo a todo lo largo del siglo XX desde su fundación.
Los priístas celebraran el arribo de Beltrones a la dirigencia, sin reparar en su pasado político, en su origen político.
Hay grandes cuestionamientos que aún permanecen vigentes en sus paisanos desde que fuese gobernador en Sonora, y que saben el origen de su actividad política que tuvo como padrino a Fernando Gutiérrez Barrios, aquel que bajó de las nubes Carlos Salinas de Gortari, para imponer a la maestra Elba Esther Gordillo Morales.
Desde ahí Beltrones más que la verdad se forjó su propio escenario, su propio capital político, a grado tal que mereció el apoyo de lealtades partidistas, que el presidente peña no quiso enfrentar, aunque eso no quiere decir que tenga que coincidir.

Matraz

Ya ni discutir con las autoridades de salud del estado en torno a la famosa chikungunya; llaman a la mayoría de los casos sospechosos, esto es más de dos mil 800 casos que bien pueden ser «solo» dengue, y pues aun la gravedad de la cifra, pues no es chikungunya y eso es lo bueno.
Seguramente los que se quejan en las redes de dolores articulares y de cabeza, de pecho y brote de «ronchas», mienten.
Y son más de los 29 casos oficiales de la secretaría de marras.
¿Unos doscientos casos en Tuxtla se hacen los enfermos ante sus familiares, y fingen dolorasos para alimento de su autoestima?
Esa manía oficial de minimizar algo evidente, aburre.

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