Tubo de ensayo / Rene Delios

Sí que es difícil seguir hablando de fianzas sanas con la cuestión económica mundial que irremediablemente impacta en todas las economías del mundo.
La cosa es que mientras se expresan los especialistas en macro economías de esto y aquellos, se insiste, acá abajo, la población solo resintió de pronto que tomate y cebolla subieron sus precios y con ellos otros tantos productos de la antes llamada canasta básica, en vez de llamarlos productos, referencia que data desde el régimen priista anterior al dos mil que así la bautizó.
Obvio es que ya muy pocos saben qué productos comprenden esa llamada canasta básica, que se supone –porque ya es una suposición- es un conjunto de alimentos que satisface las necesidades de calorías y proteínas de «lo que se conoce como hogar promedio: padre, madre y dos hijos».
Esto es que comprende un mínimo de alimentos básicos para una buena nutrición de la familia, y no caer en la necesidad alimentaria que vemos ahora y que ameritó la creación un programa nacional contra el hambre, llamada así crudamente, en vez de «nutricional», como se hacía antes.
La verdad que la situación de pobreza, obligó a ello, pero aun con eso dicho programa aun no logra que los «desnutridos» de éste país, se alimenten con todos los nutrientes suficientes.
O sea que aún no es una dieta ideal y a seguir, pues a ese programa de bajo presupuesto, deben agregárseles otros alimentos para hacerla completa como frutas y verduras.
Pero regresando a la canasta básica, que comprende ochenta y seis productos para alimentación, aseo personal, y limpieza del hogar, nada más el varo quincenal del sueldo mínimo ya no alcanza.
Como dato 2009 la canasta básica aumentó 63.14 por ciento, al pasar de 812.98 pesos a mil 326.32 pesos. En diciembre de 2006 eran suficientes 134 horas de trabajo de salario mínimo para adquirir la canasta básica y al día de hoy son necesarias 193 horas al mes, de las 240 laborales, y a esto no se le agrega vestido, transporte, calzado.
Regresando a eso de que vamos bien pues no: no se refleja en la economía familiar y sorprende que se insista en una nación con una cruzada nacional contra el hambre, flagelo social que a lo largo de la historia humana ha provocado reacciones sociales para terminar con regímenes ineficientes y totalitarios cuando no corruptos.
Así que falta el lenguaje que llegue acá abajo, porque nada explica el secretario de hacienda diciendo que el asunto es transitorio, igual tres meses pero en casa eso significa precariedad, más de la que ya hay.
Así que esos señores siguen el la élite, en la superestructura, hablándole al dinero –para que no se vaya del país-. Y no a la gente.

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