Tubo de ensayo / Rene Delios

La verdad es de preguntar ¿Hasta cuándo va a ser México una nación de leyes? Porque lo que vemos es la interpretación a modo de grupos a modo de sus derechos. O en otro espectro: ¿Hasta dónde se debe permitir un gobernante la tolerancia aun a riesgo del estado de derecho? No he visto a esas rimbombantes colegios de abogados decir nada al respecto.
La violación de la ley genera caos, desestabilidad, anarquía. ¿Todo eso a beneficio de la imagen de un mandatario para que no parezca rudo? Porque miles padecieron las consecuencias de un movimiento que al final de cuentas no ganó, y contrariamente se deterioró internamente y se le está aplicando la ley suspendiendo a maestros del DF y la pregunta viene a caballo ¿Por qué no se hizo la suspensión durante el movimiento mismo? Lerdo se ve el secretario de educación en busca de notoriedad y, obvio, lo van a detener por oportunista tardío.
Se supone que las leyes mexicanas se hicieron para acatarlas pero sabemos que tienen tantos recovecos que empresarios, políticos y ciudadanos comunes encontramos siempre la manera de batearlas, previa lana.
¿O no?
¿Juran lo contrario por el honor del osito Bimbo?
Múltiples veces se anuncian acciones de justicia contra los que resultan responsables de los delitos que se les imputan, pero en las cuentas nos salen debiendo.
O sea: ¿Cuánto le costó a México y a los mexicanos el error Trump?
Esos miles de millones en pérdidas solo le costaron al aparato un despido, obvio sus allegados, y pusieron a Meade y ya, no pasó nada.
¡Nada!
Hay de todo en la ley, incluso los que cuentan con los recursos económicos suficientes para ello, y contratan grandes despachos de abogados y no sucede nada: no se les hace justicia ni con «los pelos en la mano».
Los políticos –esos nefastos- nsiempre usan el recurso de la lucha contra la corrupción y del caiga quien caiga, durante sus campañas en busca del respaldo ciudadano en las urnas y ya instalados son más de los mismo, hacen eco a viejas resonancias y al rato son parte del problema no de la solución.
Tiene tiempo, mucho –y ahora en la redes los cínicos- que comprometen su palabra para iniciar acciones judiciales en contra de sus antecesores, aun las evidencias tremendas de corrupción y no pasa nada, y lo digo por los bocones de los nuevos gobernadores de Tamaulipas y Chihuahua, que en sus discursos de toma de posesión como el llamado «Bronco», dijeron que para su antecesor cárcel y no hay nada.
Ahí está el ejemplo de Guillermo Padrés, ex gobernador de Sonora que nadie toca, y siguen cayendo a la cárcel ex funcionarios suyos, pero no él, si era el gobernador.
En seis semanas hay el cambio de poderes en Veracruz; es de las entidades más señaladas de corrupción a lo descarado, sin cuidar nada, al grado tal que el presidente Peña Nieto demostró en acto oficial su discurso a Javier Duarte.
Después de eso lo expulsaron hasta del PRI y, se supone que huele a cárcel.
¿Y si no se cumple?
No creo que ya los ciudadanos se dejan endulzar el oído cuando un candidato les habla de las acciones que emprenderán contra el gobernante en turno, aunque al paso de los días, semanas y meses, esas palabras no se cumplan.
Eso le pasa a Claudia Pavlovich, gobernadora de Sonora –la única gobernadora en México- que prometió encerrar a Padrés y aun año de tomar posesión nada más no.
En otro país, por decir Guatemala, ese bandido ya estaría en la cárcel.

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