Tubo de ensayo / Rene Delios

La vez aquella que en el diario Expreso Chiapas apunté que Marcos pecaba de protagonismo, me comieron vivo; el face era aún una cosa lejana y los comentarios se centraron en lo directo en bares y cafés, cuando no dos llegues en columnas por ser boca del gobierno, y hasta oreja y saber que tantas otras cosas me adjudicaron, en esos tiempos revolucionarios, que nunca fueron porque la verdad, nunca lo intentaron los llamados zapatistas, mientras lo más recalcitrante de la izquierda pedía que se hiciera la trifulca que ellos no iniciaron nunca a falta de wevos.
Como bien apuntó recién Amado Avendaño hijo, fueron los que ven «en blanco y negro», y jamás se fueron por la vía de que era más famoso Marcos que el movimiento mismo, y desde luego, el pueblo de México ignoraba -y hasta la fecha- las peticiones contenidas en las declaraciones de la Selva Lacandona, mientras el subcomandante se explayaba en crónicas de su buena prosa que, alababan sus seguidores más que las resoluciones del Comité Clandestino Revolucionario Indígena, que es -creo aun- la Comandancia General del EZLn, esto es los superiores de Marcos.
Hoy, se sorprenden de la resolución tomada que se superpone a aquellos de «para ustedes todo, para nosotros nada», deslizando que, a los tarolazos el EZLN colocó ahí, en el escenario político esa posibilidad de cambio para no llegara las armas, pues una conflagración interna no nos llevaría a nada bueno y sí a un desgaste de años cuya reconciliación sería dolorosa y tremenda.
Como muchos no creo en una izquierda que tiene tiempo traicionó su proyecto de gobierno, estatutos y convicciones; Morena no es la excepción y menos con un caudillo radical y hasta reaccionario -en blanco y en negro-, cuya óptica de país nada tiene que ver con la realidad del exterior al menos que -de ganar- aísle a México, y como en Venezuela no solo gritemos solos en la loma ante sus oídos sordos, sino también mendinguemos mendrugos para los hijos.
Hay una globalización real, y en la que hay que entrar, homologando lo que se necesite en el marco legal para competir en ésta. Recuerdo que López Obrador gritó que vendían al país con esas reformas energéticas: no veo a las trasnacionales petroleras «sobres» el hidrocarburo mexicano; hay más países con yacimientos a explotar en aguas profundas: treinta, incluyendo la «mancha del Este» como se le llama a la mega reserva gringa frente a las costas del Atlántico en ese país.
Así es, ni los gringos necesitan invertir en el Golfo, menos los ingleses y total, insisto, no he leído que se vinieron a tropel esas trasnacionales una vez dada la apertura en las reformas estructurales de Peña.
Pero me regreso: lo dijo AMLO y como lo creen el portador de la verdad, «¡México se vende!» y a denostar al gobierno ellos sí, en tropel.
No es así: se trata de competir.
Y así el EZLN, que no vio claro con la sociedad civil que incluso regresó al PRI al poder.
¿Y luego?
Pues a entrarle compañeros, porque la otra fue que me pregunté sobre el qué caso tiene un movimiento social que no aspira al poder.
Neta que lo vi hasta romántico, exceso de confianza en nosotros, esa sociedad civil.
Esa vez también hasta mi madre llevó, por miope, falta de visión y demás descalificativos crecidos en medio del furor del zapatismo, sobre lo que opinaba de eso de «para ustedes todo, para nosotros nada».
Celebro que el EZLN busque presencia electoral; no propone un partido indígena pero sí que se consultará a las etnias del país, que es como instruirlas a votar por la candidata que proponga, que es otra de las cosas del exhibicionismo de que les hablaba, porque de antemano circunscribe a que sea mujer y no a lo que deciden las mayorías que consulten.
Ya les condicionaron el sexo pues.
¿Es eso democrático?

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