Tubo de ensayo / Rene Delios

Y es que buscando «justicia» no pueden llegar a tomar un poder del estado, pisoteando el derecho ciudadano, nada más porque están inconformes.
Eso de que son indígenas y no entienden es una falacia antigua; como que ya es la hora de que se les aplique la ley como a cualquiera.
Pero muy seguramente los detenidos saldrán libres aun el daño material que causaron, como sucedió con los maestros liberados luego del desmadre que causaron –palabras no comunes en éste bodrio, pero ¿cuál otra uso?- la vez que quemaron autos.
Los señores de Chenalhó llegaron y bloquearon los accesos al congreso estatal; secuestraron a las personas que ahí trabajan y a las que estaban de visita.
¿El motivo?
Cual fuere; ciertamente no tienen que privar de la libertad a nadie. Obviamente hubo los que en las redes hablaron de represión cuando desalojaron.
¿Y la prepotencia que esos indígenas aplicaron incluso a niños y niñas -la descarga de ira y excesos por los quejosos, merece sanción, y seria porque no hubo de otra que aplicar la fuerza pública con todas sus consecuencias- y ahí retenidos y aun las peticiones de su salida –¿porque son tercos por naturaleza? Yo los llamo culeros- no los dejaron salir?
Esperemos que a los detenidos se les apliquen la ley, como a usted, como a mí, si hacemos una cosa así.

Matraz

Entramos a la última semana de cuarto mes del año.
O sea se cierra la tercera parte de 2016, el año en que prometieron que las reformas estructurales se empezarían a reflejar y nada.
Una mentira más para éste pueblo mexicano de parte de sus gobiernos sin éxito.
Esa es la verdad.
Desde que tengo uso de razón estamos en la senda del progreso; cada gobierno llega borrando hasta lo bueno del pasado e instala sus propios proyectos como si éste país se renovará con su llegada, y resultan más de lo mismo, y gastan en tanta parafernalia para proyectar su innovación y convencer a la nación de sus atingencias, y otra vez lo mismo: parece un país en la ruina; no hay dinero para pagos.
Esa es la verdad.
Si fuera lo contrario, es decir un país boyante, no estaría la situación tan compleja y tan desesperante para tantas miles de familias que no ven respuestas concretas, palpables, de estos gobiernos inútiles.
Tienen a la nación en una espera a mitad de un sexenio de promesas no cumplidas, y que desde luego resuena en las entidades en dónde las manifestaciones de inconformidad son constantes.
No, el gobierno de Peña Nieto, no da resultados, solo anuncios, y de eso no vive la nación, no viven los mexicanos.

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