Tubo de ensayo / Rene Delios

El gobierno de Manuel Velasco entregó obras que mejoran la imagen urbana del municipio de Jiquipilas; fue a éste municipio acompañado de su esposa Anahí Puente, y realizó un recorrido por las obras entregadas como la rotonda, el puente peatonal y los carriles de desaceleración; constató la construcción de los paraderos de ascenso y descenso, rampa para personas con discapacidad, pavimentación con concreto hidráulico, guarniciones, alumbrado público y jardinería.
Estas obras derivan de una acción participativa de la gente con sus gobiernos y que aprueben la ejecución de las obras –o sea que no nada más se entregan así como sea- que ellos mismos han determinado como prioritarias, porque al final de cuentas, son ellos los que viven el día a día en sus colonias, saben y conocen las necesidades y van priorizando lo que necesitan.
Este sistema de trabajar escuchando los planteamientos sobre las prioridades de los ciudadanos –que en el gobierno llaman cerca de la gente, como modus operandi-, ha generado buenos resultados, brinda bienestar a las familias con servicios públicos de calidad, da respuesta a las necesidades de la ciudadanía y da solución a los rezagos en salud, vivienda, educación, carreteras, infraestructura urbana y servicios básicos.
En éste asunto destaca que el mandatario Manuel Velasco estableció un trabajo coordinado con cada uno de los 122 municipios de la entidad, a los que antes ni siquiera pelaban; llegaban las máquinas, realizaban la obra, el alcalde firmaba, y era todo: menos que la gente fuera tomada en cuenta en sus prioridades vecinales.
Hay que recordar que la obra pública es detonante de economías regionales, y que desde luego, generan al integrarse a la comunidad, pues desarrollo.
Ya sabemos que tenemos pendiente eso del desarrollo integral, que no existe; existe el sostenible, ni siquiera el sustentable. Esos fueron tecnicismos balines diseñados desde los escritorios de gobierno.
De seguirse observando los planteamientos de los ciudadanos en las obras de resonancia en sus colonias, la verdad serán de mejor provecho y desde luego, serán vitales para la mejoría social y desde luego en familia.

Matraz

La verdad por como sea, eso de los taxis clonados no demora en generar una desgracia.
¿Pero a quien le conviene como negocio -conste- un taxi clonado?
Yo digo que al dueño del original; al delincuente pues para hacer una fechoría, pues la unidad sería reportada y buscada con lupa.
Encontrarían la original, desde luego, que pagaría las consecuencias, mientras la falsa entra nuevamente al taller de clonación.

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