Tubo de ensayo / Rene Delios

Foto: Rumbo Polí­tico

La verdad eso de los bloqueos carreteros, algunos problemas municipales y el paro magisterial no significan un caos en Chiapas.
Es más ni en Guerrero o Michoacán, en Veracruz o Tamaulipas hay caos, y eso que ahí hay harto crimen organizado. Asesinos a mansalva, pues
Pero la neta que en las redes sociales –no sin omitir su carga ideológica o ira porque no hay varo para callarlos- les gusta maximizar las cosas como un caos social sin que tenga la más mínima idea de lo que es eso, pues en ninguna ciudad de Chiapas se ha vivido -por ejemplo- algo como en Los Angeles, cuando un tira gringo asesino a un negro y éstos reaccionaron con un vandalismo de varios días que fue nota mundial, y no por eso cayó Swazeneger, no se me aceleren.
El Güero Velasco sí cae, sería por cuestiones de seguridad nacional –y grueso, pues tocaría cuestiones o ligas internacionales-, más allá de un seccional incómodo por muy de la CNTE que sea, uno o varios grupos de indios abusivos cobrando peaje de la vía pública estatal -porque no son mensos y no hacen eso en una federal porque me los traen del cocote y se los llevan a Tepic-, o por unos transportistas haciendo el pancho del pirataje mientras su líder estatal quiere a fuerza más mercedes y privilegios, cuando lo deberían meter al vote, por jactancioso y bocón.
Así que bájenle: lo de fondo es varo, y ni se preocupen que no se va a acabar el paternalismo –su modus vivendi-, y tendremos que seguir con toda esa basura de tranza de apoyo a la tercera edad, madres solteras y demás demagogía, incluyendo esos programas inútiles que llaman sustentables cuando, deben ser sostenibles –que no es lo mismo, díjera Cantinflas-, y que sirven para que un número grande de voraces funcionarios públicos hagan tranza y media desde el programa de mochilas, uniformes y toda esa parafernalia que no ayuda en nada a las familias y sí está enriqueciendo a pocos.
Quiero decir que si no van a actuar con transparencia no sirve de nada, nada.
Ningún discurso, ningún triunfalismo, ninguna entrega de esto y aquello, las marchas y plantones, las luchas mismas si no son en buena lid, claras, concisas, consensuadas con las bases, el gremio, la sociedad, no sirven de nada: no están legitimadas, apoyadas por la sociedad civil.
Por eso México está mal, porque sus proyectos tienen mal de origen, intereses torcidos y retorcidos, que siempre complican los escenarios, las coberturas, perjudicando a los beneficiarios, manchando el nombre propio y del país.
Sí, porque no solo se dice que México es de los más corruptos, sino también los mexicanos que vivimos en esta nación que para todo practicamos la «palanca», el «padrino», la «mordida».
Ahí lo tenemos: como no ven varo en el estado, los grupos de siempre parasitarios se alebrestan, se inconforman –¡ja!-, presionan temerosos de quedar fuera de los listados, ahora que fluyen ya las partidas desde el centro, y es lo que vemos en no pocos, como empresarios o transportistas, oportunistas de todo para estar como siempre -¿Dónde está Rafael Jiménez Arrechar, aquel empresario que se desgarraba las vestiduras frente a palacio, y arrancaba la publicidad oficial de los pasos a desnivel? ¿Ya le dieron su varo y no le avisó a la sociedad que convocó y apoyo ilusa en las redes?-, mientras los programas sociales son sangrados y explotados, en sus presupuestos y objetivo, con doble propósito y a doble rendimiento pues incluye fotografía para portada.
Se llama explotación de la pobreza.
Eso hay que cuestionar: la falta de transparencia, que genera el beneficio de la duda, y que es cosa muy diferente a acusar sin sustento, solo bajo sospecha; la transparencia, la rendición de cuentas debe ser labor institucional «de oficio» como dicen los leguleyos.

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