Tubo de ensayo / Rene Delios

Yo no veo mal que se creen grupos políticos, pues de eso se trata en ésta política a la mexicana, de alcanzar o mantenerse en el poder, pero como que ya se debe dar el salto evolutivo o generacional, y dejar atrás esos esquemas de dominio por el dominio, sin promover una serie de políticas encaminadas a poner el nombre de México entre las naciones con buenos estándares de bienestar social.
Somos una vergüenza de pobreza en medio de la riqueza ¡Caramba!
Porque mirado a ojo de pájaro todos los que hasta ahora –siglas y nombres- han gobernado no han servido para levantar al país, y pasan los sexenios sin que se dé el tan llamado anuncio de entrar en la senda del progreso, aunque sea lento, pero sostenido, pero ni eso.
Es la fecha en que a casi un siglo de promulgada la constitución mexicana, nada más no se ha cumplido con sus preceptos elementales, empezando con la vida digna.
Y si le subimos el discurso no se la acaban en torno a la seguridad social y pública, que ya están poniendo a riesgo la tranquilidad en microrregiones del país, llámese Acapulco-Chilpancingo (¿Chapo, Caballeros templarios?), Tampico-Coatzacoalcos (Cártel del Golfo) y células independientes y molestosas para los carteles en Tabasco, Oaxaca y Chiapas, que ya empiezan a causar serios problemas de violencia al estado de derecho en estas entidades, me cae.
Regresando al bodrio, la cuestión es que los hasta ahora exponentes en cada partido político en la aldea, no se han destacado por su asistencia y compromiso social, y menos por su apoyo a las causas populares, y ya ni se diga en las demandas a razón que en indistinto momento le han hecho al gobierno incluso federal, como es el caso del EZLN, que por ahí anda, y en el que germina una semilla que ya se cansó de la prudencia –o paciencia o miedo- de sus mayores del CRCI-CG, me dicen por ahí.
La cosa es que en Chiapas, no creo en Placido Morales, Zoé Robledo, Eduardo Ramírez o Roberto Albores, y en los anexos menos: Rutilio Escandón -ayúdenme con el PAN ¿Quién?-; la doctora Gloria Luna u Ovidio Cortazar o Roberto Gil Zuart, de quien se dice nació en Tapanatepec, en algo que no ha aclarado ni él, y por no dejar el también senador marca TVAzteca, Luis Armando Melgar?, como para responder a un Chiapas otrora rural que se vomitó en dos décadas en lo urbano, complicado de analfabetismo y rezago educativo, o lo que es lo mismo de candidatos al desempleo ante un campo paupérrimo en una entidad sin transformación y por consiguiente de pobre valor agregado, y que requiere de subsidios altos para seguir viviendo, mientras la federación le extrae de sus entrañas oro negro y gas, y de sus venas -a través de ya casi cinco presas- abundante energía eléctrica, en una mala correspondencia de sexenios para con Chiapas, en aras de cumplir –ahora sí- con lo que dicta la constitución de que esas riquezas son exclusiva propiedad de la nación, y a los chiapanecos solo le dan migajas.
Así que no creo en los que hasta ahora se mencionan y manejan como posibles; no creo en ellos porque no han dicho ahora una sola palabra en torno a lo que pasa en la cuestión del varo, y menos lanzar un reclamo a las alturas federales, a lo mejor por no herir susceptibilidades, y entonces aprecio que están más al servicio del poder que del pueblo.
Es ahí en –y desde- dónde se tuerce el chirrión, dijeran los viejos, porque no hablan ni fuerte ni firme hasta ahora.
¿O porque no son los tiempos?
¿Entonces para qué se adelantan?
La gente reacciona a la menor provocación; está sensible, como lo están en el gobierno que tenemos.

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