Tubo de ensayo / Rene Delios

«Vamos a gobernar la capital –Tuxtla, supongo-, el estado, y el país…» dijo la líder estatal del PAN, la señora Janette Ovando.
Para esto señala que en su partido trabajan juntos por esos objetivos, y muchas otras cosas que otrora el PAN en verdad hacía, pero que ahora está en duda, sobre todo por las escenas vistas a lo largo del año pasado y éste, primero con Gustavo Madero en su contienda con Ricardo Anaya por la dirigencia nacional blanquiazul, y luego los reclamos a éste último por parte de Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle para que se defina, y que levantaron mucha inquina interna y desde luego distanciamientos, fracturas.
Ciertamente el PAN es a la fecha el más institucional de los partidos, al menos de manera interna en que cierran filas en torno a la designación de sus candidatos o como en éste caso, consejeros estatales y nacionales en un domingo sin inquinas.
Pero eso no quiere decir que los raspones estén curados; eligieron a cuarenta mujeres y cuarenta hombres militantes que integran el Consejo Estatal, y además a los tres miembros de su partido en la entidad al Consejo Nacional.
La señora Ovando no tiene más que hablar de unidad en dónde no la hay, y su trabajo no será fácil no solo por la virulencia interna, sino también externa, la que le llegue desde palacio estatal, la de su dirigencia nacional, en busca de esas valiosas candidaturas por parte de las cofradías tradicionales del PAN en Chiapas, y que son harto conocidas como vistas en sus diferencias y desacuerdos de método.
Dijo con todo y eso que «…trabajamos juntas rumbo al 2018», en referencia a la diputada Ricci, su adversaria en las pasadas estatales por la dirigencia y que desde luego, recuerda a aquella en que una ex diputada y un ex alcalde, aun sus divergencias históricas, hubieron de aparecer como aliados en la aspiración del segundo a la alcaldía tuxtleca, y que al final dejaron solo en su reclamo de fraude, cosa que aun, le duele.
El caso es que ambas aseguraron que el panismo chiapaneco está listo para abanderar al próximo presidente –que para ellas es Moreno Valle-, que «sin duda, surgirá de las filas del PAN».
Ambas, la diputada federal Ovando y la diputada local Ricci, se la van a jugar con Moreno Valle, y lo señalaron ante los medios a que convocaron para exponer que, ambos grupos –de cinco internos- están con el poblano para la candidatura presidencial y con ello ya marcan tendencia cuando no debió ser.
No es el PAN chiapaneco un capital político para Moreno Valle en su caso; su presencia política no destaca como gobierno ni en el congreso mismo y tampoco en los municipios. No gobierna diez ayuntamientos y no pesa en la legislatura local.
Las probabilidades de que logre ganar la capital del estado son distantes y menos la entidad, aunque puede dar digna pelea por la presidencia.
Las señoras se vieron optimistas; Moreno Valle también lo está: la tradicional está con Margarita; los renovadores con Anaya.
Todavía falta como para lanzar los cohetes azules.

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