Tubo de ensayo / Rene Delios

Y es que el reclamo les llegó antes de cobrar el aguinaldo, la dieta del mes completo, y otras mercedes y privilegios.
Los legisladores se enteraron sorprendidos, del llamado claro del general Salvador Cienfuegos, en un estamos hartos de estar cubriendo o pagando las consecuencias de los errores de los civiles, esto incluye a los gobernantes.
Así que hay que analizar y aprobar un marco normativo que les brinde certidumbre jurídica, fortaleza y capacidad de acción a las fuerzas armadas, o sea: la Ley de Seguridad Interior; es decir, actualizar y fortalecer instrumentos jurídicos, buscando ante todo el justo equilibrio entre la plena protección de los derechos humanos y el trabajo que realizan el Ejército y la Marina de México.
Es por la seguridad de los mexicanos; pero los señores legisladores federales ya se iban de vacaciones hasta febrero.
Va de retro.

Matraz

Como en muchos lados, los mitos se hacen realidad y más cuando aparece el fervor.
Con relación a la virgen de Guadalupe, descrita su aparición en el cerro del Tepeyac, lugar dónde se erigía el templo de Tonantzin, madre de los dioses, pues ni el propio Fray Juan de Zumárraga, quien vio el ayate de Juan Diego, escribió el hecho en sus memorias.
Es claro que en ese entonces, el fervor indígena por la virgen morena era menor, y nunca el fraile imagino la dimensión que alcanzaría superando incluso el dominio de la iglesia católica misma, hasta ser el culto más venerado por una feligresía en el mundo.
De la virgen de Guadalupe hay apariciones o referencias de ésta por doquier y en lugares tan dísimbolos que no tienen explicación teológica: es un milagro y ya.
Ya se ha dicho que Marcos Cipaq de Aquino, fue el indígena que por instrucciones de clérigos españoles, pintó con base en la imagen de la Inmaculada Concepción o, «la virgen del coro», del santuario de Guadalupe en Extremadura, España, a la virgen de Guadalupe.
Ya se ha dicho que múltiples exámenes científicos han sorprendido al mundo empezando por la temporalidad del ayate mismo que es de treinta años a lo más –antes de deshilarse cual polvo- y a más de cuatro siglos está intacto, pero sobre todo consistente.
Ya se ha dicho que la calidad de la pintura menos que durara tanto tiempo y todavía se agrega la imagen al interior de sus ojos.
México es guadalupano, mito o realidad ahí está y se parte de lo que hay: un ayate con una pintura de una imagen que biológicamente no debería de existir.
Igual es éste pueblo mágico el que le da toda esa energía a la imagen en el cerro del Tepeyac, que veneran varios cientos de millones por todo el mundo, y eso es cosa que se respeta aunque no se

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