Tubo de ensayo / Rene Delios

Zoe Robledo, el senador chiapaneco que es presidente de la Comisión de Radio, TV y Cinematografía del Senado de la República –neta que pocos lo saben en Chiapas-, señaló que buscará una reunión con gobernadores y alcaldes del país en los estados donde se han dado agresiones y ejecuciones contra periodistas.
Va a estar difícil.
Para empezar ese debería ser una iniciativa de gobernación y no se da.
Las asociaciones de periodistas por todo el país, realizaron una serie de manifestaciones recientes ante los tres asesinatos de comunicadores en Guerrero, Veracruz y Chihuahua, e incluso el diario en dónde trabajaba la última víctima –El Norte de Ciudad Juárez-, cerró su edición para garantizar la seguridad de sus trabajadores.
Para empezar en la constitución mexicana está garantizado el libre ejercicio de la Libertad de Expresión, lo demás es mero discurso.
Si el punto de acuerdo prospera, en el pleno de su cámara de senadores, para que se pida la comparecencia inmediata de Ricardo Celso Nájera Herrera, Fiscal Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de PGR, llamado ya muchas veces por organizaciones de periodistas a dar avances, pues será lo mismo: nada.
El que no da resultados, da escusas.
La impunidad sobre esos homicidios es conocida, y la impotencia entre los trabajadores de medios más, y sobre todos en esos estados en dónde los asesinatos son constantes.
Este es un oficio de alto riesgo.
Robledo dijo –de acuerdo a los reportes de prensa-, que el tema es sólo uno, ¿Por qué no existe un solo acusado dentro de los cientos de casos denunciados de agresiones y asesinatos de periodistas?
No existe en los funcionarios de dominio, en las cámaras lerdas menos: tiene años que matan comunicadores y cada vez, los periodistas por todo el país marchan en cada asesinato exigiendo justicia, pero nunca son atendidos por autoridad alguna.
Es más, alguna vez en gobernación se pretendió hacer un protocolo de seguridad para periodistas ¡Sin periodistas presentes!
Puros funcionarios del gabinete de esto y aquello.
¿Qué saben esos señores y señoras de ir tras la noticia como se ve: aun a costa de la vida?
Y aun con esa amenaza real, los periodistas están.
Zoé Robledo escribe en El Reforma; ignoro si le ha tocado entrar en los submundos de las calles, en la neblinosa información de riesgo que dan los informantes.
Porque matan a los que están cerca de algo, o fueron detectados averiguando.
Van ya tres éste año, más de 90 desde 2000.
Ninguno aclarado, por lo que lo único claro es que ese punto de acuerdo y el discurso de referencia en la cámara de senadores, ni al caso.
Siguen matando a periodistas.

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