Bajo el argumento de aprovechar los tramos cortos, taxistas pretenden continuar con esta práctica que era común en la «vieja» normalidad
Lucero Natarén / Aquínoticias
Antes del inicio de la pandemia por COVID-19 usuarios y usuarias de taxis en Tonalá, Chiapas, no tenían inconvenientes de compartir este transporte público cuando coincidían que sus destinos eran cercanos o en la misma dirección. Actualmente, esta «vieja» práctica ha puesto en aprietos a los conductores.
A decir de los operadores de taxis, subir a otros usuarios cuando tenían aún espacio en sus unidades les permitía sacar sus cuentas en un menor lapso de tiempo y de alguna forma las y los usuarios se veían beneficiados al no tener que esperar mucho para abordar un taxi.
Tramos cortos y el costo del servicio por 25 pesos permitía a los conductores sacar provecho de la situación, ya que en la mayoría de los casos, según don Ruperto López, las personas no tenían inconvenientes de compartir la unidad, incluso con personas «extrañas», aunque si se daba el caso esta era una ocasión para conversar con «viejos» conocidos.
«Las cosas han cambiado», así lo explica más de un chofer, quienes han tenido que enfrentarse a que las y los usuarios ya no permiten subir a otras personas a la unidad, esto por temor a contagiarse de COVID-19, pese a andar con cubrebocas y estos llevar gel antibacterial en sus autos.
En casos más extremos, las personas incluso han preferido abandonar los vehículos antes que compartir la unidad en la que viajan, -pocas son las personas que dan permiso de compartir las unidades-, narra don Juan Palacios.
Los taxistas relatan que la contingencia ha afectado a todos los sectores, pero ellos han resentido más esta situación, pues viven de las y los usuarios que abordan sus unidades, y el ya no ejercer la práctica de viajes compartidos, afecta mucho más su economía.