Viven mujeres violencia politica en procesos electorales y en el ejercicio del cargo: Mariana Niembro

En el proceso electoral de este 2021 documentaron 40 reportes de violencia política, principalmente contra candidatas a diputaciones federales, diputaciones locales y presidencias municipales

Anayeli García Martínez / Cimac Noticias 

Ciudad de México.- Durante el proceso electoral de este 2021 las organizaciones «Borde Político» y «Fábrica de Bots» documentaron 40 reportes de violencia política, principalmente contra candidatas a diputaciones federales, diputaciones locales y presidencias municipales.

De estos reportes, 26 concluyeron ante autoridades electorales, es decir, 65 por ciento. Así lo dijo en entrevista Mariana Niembro Martínez, directora de «Borde Político». Sin embargo, advirtió que las mujeres también viven violencia política después de las elecciones, cuando ocupan los cargos que ganaron.

Estas organizaciones crearon la chatbot «Ela Alerta», una herramienta de mensajería para que las candidatas denunciaran violencia política en razón de género. Por medio de este chat las interesadas respondieron una serie de preguntas para generar una denuncia que posteriormente presentaron ante una institución.

El primer corte de información que hizo público este 16 de abril en conferencia de prensa al rendir cuentas sobre el resultado del proyecto financiado con el Fondo de Apoyo a la Observación Electoral 2021, indica que hubo 40 reportes, pero después de la jornada electoral del 6 de junio siguen llegando casos.

La analista detalló que es probable que estos testimonios de violencia no se reportaron antes porque las candidatas tuvieron miedo a denunciar, por desconfianza de no saber qué pasaría con su denuncia o porque ellas y sus equipos de campaña estaban concentrados en buscar el voto.

Uno de los casos registrados después de la jornada electoral es de una candidata en Oaxaca que ganó la elección y es hostigada para no ocupar el puesto que ganó en las urnas.

La directora de «Borde Político» destacó que no hay que olvidar que la violencia política en razón de género también se manifiesta una vez que las mujeres han tomado posesión de los cargos para los cuales fueron electas, por lo que es necesario seguir denunciando la violencia y dar seguimiento a los casos.

«Esta violencia no acaba en el proceso electoral y en las campañas, como sabemos, sino que se extiende al reconocimiento de las elecciones.  Tenemos varios casos reportados, incluso que no quieren denunciar, que están siendo amenazadas para no ocupar sus cargos».

Violencia empaña elecciones

En esta elección, donde hubo una amplia participación de las mujeres, con 71 mil 465 candidatas compitiendo por algún cargo de elección a nivel local o federal, la violencia política estuvo presente.  Niembro dijo que fue un periodo electoral empañado por la violencia, en particular en contra de las mujeres, la cual incluyó feminicidio, ataques en redes sociales, secuestros, amenazas, discursos discriminatorios, y afectación de material de campaña, entre otras.

Los casos registrados a través de la chatbot se concentraron en Sonora, donde hubo 11 reportes y en Guerrero, donde hubo seis casos. También se generaron reportes en Baja California y Chiapas, y un reporte en cada uno de los siguientes estados: Chiapas, Nuevo León, Puebla, Oaxaca y Ciudad de México.

Esto ocurrió en una elección histórica para la participación política de las mujeres. A pesar de esto, después de la jornada electoral, por primera vez en la historia de México, la ciudadanía eligió a seis mujeres como gobernadoras y se prevé que la Cámara de Diputados se integre por 246 mujeres, 49.2 por ciento de legisladoras.

Las situaciones de violencia en general no terminaron en denuncias. Mariana Niembro mencionó en conferencia de prensa que existe un problema de cifra negra, pero hay que investigar si las candidatas ven amenazado su contexto en caso de denunciar o si la dinámica de las campañas electorales les impidió presentar el reporte.

De las denuncias registradas por la chatbot, cinco fueron denuncias penales ante el Ministerio Público, pero sólo en tres casos se concluyó la denuncia, lo que implica 60 por ciento de los reportes. Las denuncias penales se presentaron en el ámbito local, lo que indica que en estos espacios las mujeres pueden estar en una situación de mayor vulnerabilidad.

Las manifestaciones de la violencia política en razón de género que más se reportaron fueron las amenazas, la limitación económica, calumnias e información falsa proporcionada a las candidatas. Destaca que las candidatas autodenominadas feministas, fueron atacadas por apoyar temas como la despenalización del aborto. Además, en todos los reportes se señaló a hombres como agresores.

Violencia dentro de los partidos

La analista aseguró que esta elección fue un parteaguas por dos temas: la obligación de cumplir con la paridad de género en candidaturas a todos los cargos de elección y la implementación de las reformas para sancionar la violencia política de género. Sin embargo, dijo, aún falta madurar estos procesos.

Un espacio donde hay que incidir, enfatizó Niembro, es al interior de los partidos políticos porque en estas elecciones, donde las legisladoras tuvieron la oportunidad de postularse para ser reelectas, los líderes de los partidos se opusieron a que ellas volvieran a ocupar estos espacios.

«Lo que vimos en este proceso es que dejaron fuera a muchas de las mujeres que aprobaron esas grandes reformas en esta Legislatura de la Paridad y en sus partidos políticos no les permitieron la reelección. Eso también hay que decirlo», dijo.

Por ejemplo, en estos comicios no compitieron por la reelección las legisladoras que presidieron la Cámara de Diputados: Dulce María Sauri, del PRI y Laura Rojas, del PAN, ambas impulsoras del Grupo Plural de Igualdad Sustantiva, una especie de bancada que se creó para promover reformas a favor de los derechos de las mujeres durante estos tres años.

Falta democratizar los partidos y lograr que se comprometan a no ejercer violencia política y tener los canales de atención que la ley les exige. Además un reto será analizar el mecanismo de reelección porque hoy los políticos deciden a quién le permiten competir para ocupar un cargo por segunda ocasión, agregó.

La investigadora dijo que también hay que revisar si la falta de denuncia se debió a que no se conocen las conductas que implican violencia política y sus sanciones, aunque es notable que, en los reportes recibidos mediante la chatbot, las candidatas identificaron perfectamente el tipo de violencia al que eran sometidas.

En cuanto a los efectos jurídicos en la vía electoral o penal que podrían tener las denuncias, agregó, hay que analizar si la falta de denuncia está relacionada con trámites difíciles para su presentación ante las autoridades, poca confianza en que habrá un efecto derivado de estas denuncias, o si las candidatas consideran que la presentación de los reportes y las denuncias son inútiles.

En este sentido, Mariana Niembro aseguró que se debe difundir la importancia de la denuncia; las consecuencias de ejercer violencia política; fomentar la confianza en autoridades electorales, ministeriales y judiciales. Es decir, de los pocos casos que se denuncian, mandar el mensaje de que estos no quedarán en la impunidad.

Entre los pendientes de este proyecto de observación electoral, señaló, hay que revisar si la herramienta fue de fácil uso, si la cobertura de redes permitió el uso de la chatbot, si el diseño fue amigable y permitió completar los diálogos e identificar los tipos de agresiones por violencia política que se presentaron.

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