Senadores aprobaron la prohibición de los vapeadores junto con el fentanilo, equiparándolos en riesgo. Sin embargo, surge la incertidumbre: ¿acaso el paternalismo no hará que se cree un mercado negro menos regulable, siendo contraproducente?
Aquínoticias Staff
El Senado aprobó con 110 votos a favor, cinco en contra y dos abstenciones, la reforma que eleva a nivel constitucional la prohibición de la producción, distribución y comercialización de vapeadores y de drogas sintéticas como el fentanilo, y la remitió a los congresos de los estados para continuar el proceso legislativo.
Aunque solo los cinco senadores de Movimiento Ciudadano (MC) votaron en contra, los grupos del PRI y PAN, que la avalaron en lo general, intentaron modificar la redacción en lo particular para cambiar la prohibición por regulación. Argumentaron que es un exceso equiparar el consumo de cigarrillos electrónicos con una droga como el fentanilo y que ello violenta la libertad de decidir, lo que motivó que legisladores de Morena y PVEM les reviraran que en realidad defienden los intereses de las grandes tabacaleras.
La senadora de Morena, Margarita Valdez, quien en la pasada legislatura impulsó la modificación a la Ley de Salud para evitar la venta de cigarrillos electrónicos, recordó que hubo un gran cabildeo contra esa reforma y que la Suprema Corte la echó abajo bajo el argumento de que afecta el libre comercio.
Su compañera de bancada, Julieta Andrea Ramírez, advirtió que no se debe enredar el debate en una narrativa hipócrita de defensa de las libertades individuales, ya que en realidad se apoya a los grandes negocios y el uso de vapeadores que hacen a los jóvenes inhalar sustancias tóxicas que pueden provocar cáncer.
Por su parte, el senador del PAN, Ricardo Anaya, cuestionó: «¿Dónde quedó prohibido prohibir?», y calificó de «aberración» prohibir en la Constitución una droga específica como el fentanilo y no otras, como la cocaína. Anaya insistió en que prohibir solo los vapeadores y no el alcohol o el tabaco es hipócrita, ya que muchos senadores que votaron a favor fuman cigarrillos electrónicos.
Anaya agregó que con la reforma «le están haciendo la chamba a las tabacaleras y al crimen organizado», ya que este último recuperará un mercado de 40 mil millones de pesos. Propuso cambiar la palabra prohibición por regulación y crear una legislación secundaria inteligente y responsable.
La senadora de MC, Alejandra Barrales, adelantó que votarían en contra y reprochó a Morena por romper con el planteamiento de «prohibido prohibir» del primer gobierno de izquierda en México. Barrales afirmó que la reforma busca criminalizar y penalizar el consumo de sustancias en lugar de prevenir y regular el libre consumo.
La senadora Margarita Valdez recordó que, según datos de la Cofepris, cerca de un millón de adolescentes han probado los vapeadores y 160 mil los consumen regularmente, lo que daña sus pulmones y puede provocar cáncer. Valdez subrayó que prohibir estos agentes cancerígenos es salvaguardar la salud de los jóvenes y de la población en general.
El senador morenista Enrique Inzunza, a nombre de las comisiones dictaminadoras, expuso que la reforma a los artículos 4 y 5 constitucionales en materia de protección a la salud por el uso de sustancias tóxicas representa un esfuerzo integral para atender problemáticas urgentes que afectan a la sociedad, especialmente a los adolescentes.
Inzunza destacó que la proliferación de dispositivos electrónicos como los vapeadores y el aumento en el uso de sustancias como el fentanilo han generado una crisis de salud y seguridad pública. La reforma busca establecer sanciones para la producción, distribución y comercialización de cigarrillos electrónicos, vapeadores y sustancias tóxicas no autorizadas, y limitar el ejercicio de cualquier profesión, industria o actividad comercial relacionada con estas sustancias y dispositivos.