A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Sobre aviso no hay engaño

El 30 de diciembre pasado, reunido con su gabinete, el gobernador del estado Rutilio Escandón, hizo mensaje publicado con una seria advertencia a los funcionarios públicos. Les dijo que va a aplicar la ley con todo rigor a quienes dispongan de apoyos o utilicen recursos públicos para apoyar candidatos porque eso es un delito grave. «Que el pueblo elija libremente a sus autoridades, sobre aviso no hay engaño» remató diciendo. Tampoco pueden anunciar logros de gobierno durante el proceso electoral. Prácticamente se les exige silencio, salvo a aquellas que tiene que ver con la salud o la protección civil. Un claro llamado como el que hace ahora el gobernador no puede pasar inadvertido.

Hay que tomar en cuenta que será la primera ocasión en que las autoridades municipales y los diputados federales y locales, podrán ser reelectos por primera vez. Los alcaldes tendrán que separarse del cargo 90 días antes de la elección. Para el caso de los diputados locales y federales no será necesario. Tendrán eso sí, que despojarse de vehículos oficiales y personal adscrito.

Se antoja un tanto difícil que quienes fueron subordinados de los que resulten candidatos se mantengan indiferentes respecto de quien incluso les dio empleo. En muchos casos eso va de por medio. De ahí que habrá que observar con lupa su comportamiento. En una de esas nos llenamos de denuncias y les esperará una enorme tarea a las autoridades encargadas de aplicar la ley e investigar esas denuncias.

Muchos critican que el gobernador se ha convertido en émulo del presidente, aunque observo que tienen personalidades distintas. No tenemos aquí a un gobernador criticando a los medios de comunicación, los fifís, los conservadores o los partidos de oposición. Ha sido respetuoso y en mi experiencia personal así lo percibo. Tengo entendido que se ha instalado una mesa de diálogo con los dirigentes partidistas para garantizar la imparcialidad de las autoridades y que el proceso electoral se levo a cabo dentro de los cauces de la civilidad.

Ya vimos que al menos ocho de los llamados superdelegados se postularon como candidatos en sus respectivos estados y ellos controlaban a todas las dependencias federales principalmente a las encargadas de los programas asistenciales llamados de bienestar. La lupa apunta en este caso a los llamados «Siervos de la Nación» que son los empadronadores de los beneficiarios. No existe transparencia respecto de cuantos son o donde están, pero se entiende que ni en una presunta condición de simples civiles podrán andar por ahí realizando funciones electorales, operativas o propagandísticas. Ahí que lo vean.

En Chiapas el horno no está para bollos. Hay focos rojos en los municipios indígenas y la lucha por el poder advierte señales de violencia como sucede ahora con el caso de Chamula donde civiles armados han secuestrado funcionarios para exigir la liberación de un líder político. Aldama y Chenaló han logrado pacificarse, pero la hierba seca está ahí a riesgo de un chispazo.

El proceso electoral que dará inició el próximo 10 de enero representa un reto para las autoridades, los órganos electorales y los actores políticos. Las redes sociales pueden convertirse en una poderosa herramienta de denuncias. La credibilidad y legitimidad de las próximas autoridades electas está de por medio. Por eso hay que tomarle la palabra al ejecutivo estatal. Esperemos que así sea…

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