Al Son que me toquen / Tina Rodriguez

Pues como que el paro del servicio colectivo lanzó a segundo plano tanto el gasolinazo como los despedidos.
Desde que se dijo que la gasolina estaría regida por la fluctuación dólar-peso, no fueron pocos los especialistas que se sorprendieron pues al peso no le ha ido muy bien ante el dólar, y en días pasados volvió a llegar a más de 22 pesos, por lo que no se descarta que venga otro incremento.
El caso es que el paro del servicio colectivo local, detuvo las manifestaciones en contra de esa determinación federal, y desde luego, ya nada se oye de aquellos que perdieron su empleo, que se desmembraron sin el apoyo de la llamada sociedad civil, que en días pasados, se vio muy solidaria e integrada.
Ahora el tema es el paro de un servicio colectivo malo, deficiente, que es una medida recurrente de éste tipo de servicio cada vez que solicita incremento, tiene que recurrir al perjuicio de la sociedad a la que supuestamente sirve, cuando el punto es que la concesión se otorga para dar el servicio que no puede dar el gobierno.
Muy aparte de eso, tenemos gente sin empleo.
Miles, aunque nada preciso, pues no hay datos sobre el particular, al menos oficiales. Fue una determinación unilateral bajo el pretexto de que la burocracia estaba engrosada, y solo se espera que se hayan dado de baja también a todos aquellos aviadores con sueldos altísimos, acomodados en las asesorías de las dependencias y que la verdad, deja sin gente indispensable a los titulares por dar esa merced a algún líder u operador político del gobierno.
Y ni lo nieguen porque es secreto a voces que se filtra de las dependencias mismas, en especial por parte de aquellos que sí laboran más de lo legal, y ven que las tajadas grandes se las llevan externos.
Regresando a las gasolinas se dijo que el aumento se daba para que el energético no faltara y siguen las quejas de que en algunas regiones de no pocos estados escasea, y en otras de plano no alcanza para cubrir la demanda.
¿Y después?
Se supone que el paro es también por eso, aunque la demanda sustancial sea el incremento de siete pesos, ante el incremento –que es cierto- de los insumos que consumen esas unidades colectivas.
El caso es que todo esto que sucede por las malas políticas federales en materia económica, repercuten en éstos despidos en Chiapas, y desde luego el paro del transporte al que no le autorizan incremento para no perjudicar la economía familiar.
¡Qué demagogia!

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