Al Son del texto / Tina Rodriguez

No me van a platicar como se desplaza uno en el servicio colectivo de Tuxtla Gutiérrez; un buen de percances y acelerones de miedo, forman parte de mi experiencia, y si me lo permiten, agregando que como yo hace años, hay cientos de madres de familia hoy que hemos vivido el terror de ir con tres hijos en esas unidades con cafres al volante, a los que les vale las quejas con tal de ir delante de otra unidad de la misa u otra ruta que corren por la misma vía.
Desde hace muchos años los transportistas en Chiapas hacen paros para incrementar el pasaje no mejorar el servicio.
A éstos concesionarios no les importan los usuarios, la calidad del servicio: provienen de la corrupción y compra de concesiones a malos funcionarios, y nunca se ha hecho lo necesario para establecer un mecanismo claro de otorgamiento a verdaderos trabajadores del volante.
Por eso todo movimiento que hace Bersain Miranda Borraz, es antisocial. Bien se dijo que se creyó entre la comuna que era por el incremento a gasolina. No, desde añoche quedó claro el paro es para incrementar el pasaje –afectando a los que le dan beneficio: los usuarios- y de paso Miranda busca seguir posicionándose como líder en ese gremio sucio, corrupto.
¿Pero por qué se siente tan inmune?
Porque una revisión somera a los expedientes de esos líderes revelaría cuántas concesiones tienen cada uno de los dirigentes en los diferentes gremios del estado –y estaría bueno, para que lo exhibieran un poco, y de paso a los otros que quedarían muy contento con el ex regidor que quiere ser diputado federal y de siempre aprovecha estas secuelas de rebeldía- o la otra que es que amenacen con cancelar esas concesiones como les dijo el secretario de la SCT Gerardo Ruiz Esparza a los del servicio público federal que bloqueaban carreteras: levantaron los bloqueos, pero en horas, por todo el país.
Ni modo que éstos aldeanos tengan más poder.
O liberar el transporte a la oferta y demanda, como se ha planteado desde hace años.
Pero con los blandos del secretario de gobierno y el estatal de comunicaciones, ni al caso, en aras de no perjudicar la imagen del primero, que es medroso, y que gusta de negociar con reflectores para luego para salir como el héroe del trato cuando en realidad se trata de concertasesiones.
El servicio colectivo es nefasto, incómodo, a beneficio de los concesionarios, a explotación de los conductores, los que no tienen ningún derecho laboral, en una llamado al secretario de trabajo que solo anda cobrando.
El servicio del colectivo es un sistema malversado cuyo control de ingresos no existe, cuyos impuestos son evadidos, es malo, de riesgo.
O sea que todo lo tienen en contra.
Ya pararon; si se decide asearlos seguirán sin dar servicio, y se insiste: bueno sería que se diera a conocer cuántas concesiones tiene cada dirigente, para que vean sus socios su suciedad.

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