Chiapas al borde del caos
Hace algunos lustros cuando gobernaba Chiapas Salomón González Blanco, el estado se sumergió en el desorden, había levantamientos sociales en todas las regiones de la entidad; en la costa, en el norte, el centro y altos. El gobernador por su edad ya no tenía las fuerzas para sobrellevar las riendas del gobierno de Chiapas. Se levantaron los transportistas en apoyo a los precandidatos que no fueron favorecidos para contener en las elecciones intermedias otras organizaciones sociales en protesta por la manera en que se eligieron los candidatos a las alcaldías municipales. Había quemas de autos y alcaldías, toma de ranchos y bloqueos por doquier. Tuvo que venir un llamado urgente de los Pinos. Ante tanta desestabilización el gobierno federal pidió la renuncia al septuagenario y llegó a su relevo Juan Sabines Gutiérrez.
Hoy en Chiapas puede repetirse la misma historia, los problemas postelectorales aún no se resuelven en tu totalidad y lo que el gobierno ha logrado es la unión de una alianza social y ciudadana conformada por los pobladores de Altamirano, Chanal, Oxchuc e Ixtapa para denunciar que en esos cuatro municipios existe ingobernabilidad y que no permitirán que los caciques sigan ocupando las alcaldías.
El reclamo de estas poblaciones es que desde hace años un solo grupo familiar mantiene el poder político con el aval de los gobiernos estatales y peor ahora, por los del verde ecologista que les da igual dar rienda suelta a los del PRI y los del Verde, para que sigan mamando del erario público.
Los líderes indígenas tuvieron la necesidad de conformar esta alianza y han externado en diversos foros y conferencias de prensa que realizarán jornadas de lucha en protesta por el cacicazgo en esas cuatro localidades donde unos cuantos mantienen el control del poder político municipal desde hace varios años.
Los líderes sociales exigen al gobierno de Manuel Velasco que se declare la desaparición de los poderes y se instale inmediatamente un consejo municipal en los cuatro sitios señalados. Los líderes del movimiento de resistencia han denunciaron amenazas y hostigamientos judiciales para que desistan de la lucha que han emprendido para poner fin a los cacicazgos políticos.
En Ixtapa, por ejemplo, el control político del municipio lo mantiene el exdiputado federal y local Roberto Aquiles Aguilar Hernández, quien ha dejado que él o sus amigos y familiares gobiernen el municipio. El anterior alcalde fue su primo hermano, y el actual –que hasta ahora no ha podido tomar posesión del cargo–es su hijo Jordán Aguilar, quien también usó las siglas del PVEM como candidato.
Lo cierto es que alguien tiene la responsabilidad de todo este problemas social que no sólo afecta a los pobladores de esos municipios, si no, a terceros en caso de darse cierres de tramos carreteros. Manuel Velasco tiene que poner a remojar sus barbas, tomar al toro por los cuernos y cesar a quien o quienes sean los responsables directos que no han podido mantener la calma y paz social en Chiapas.
Si el güero tiene aspiraciones políticas más allá del gobierno estatal, es hora de poner fin a todos los problemas del estado, los agrarios, los sociales, el pago a proveedores, la exhaustiva revisión de los expedientes de los presos políticos, y dejar de gastar la millonada de pesos en su promoción personal en el centro del país. Además de algo muy importante, inyectarle recursos a las zonas con los más altos índices de pobreza y al tema del analfabetismo.
Su ya de por sí baja aceptación entre los chiapanecos es un problema real, el joven gobernador ha tenido problemas desde siempre para mantener a flote su gobierno, y si aunado a esto se le suma la falta de capacidad de sus funcionarios, podemos decir que está acabado.
Hay quienes están al frente de institutos que no tienen siquiera terminada la preparatoria y se les hizo responsables de tareas gubernamentales, por ejemplo en el Instituto del Agua, donde su titular Andrés Carballo Bustamante firmaba como licenciado y tuvo que emitir una circular entre sus directores para que los oficios de esa dependencia no llevaran el grado académico de «licenciado», pues de entrada estaba violentando la ley como lo hizo cuando fue presidente por dos ocasiones en Pichucalco. Dos tareas tiene Manuel Velasco en esta mitad de sexenio, renovar su gabinete y poner las cosas en orden, si no quiere que Chiapas se convierta en una zona de guerra.
Más vale un mal arreglo que un buen pleito
Nos ha llegado a nuestro correo electrónico un sin fin de comentarios desde la zona norte y que hoy le damos acuse. Los medios de comunicación se han visto atacados por troles creados por funcionarios del gobierno municipal. Hoy simplemente hago el comentario. Al parecer al edil no le ha gustado en nada las críticas que la prensa local ha realizado a su trabajo político y el señalar que aún mantiene en la administración a varios funcionarios que laboraron con Ricardo Cruz Kerlegand.
En nada abona al presidente municipal Luis Miguel Pérez Ortíz que sus más allegados colaboradores estén realizando ataques en las redes sociales a los directivos y reporteros de los medios más críticos de su gobierno. El tema pone en jaque a su persona, y por cada ataque troll hay un responsable que no da la cara, mientras tanto los medios locales se organizan para responder y pedir la renuncia de quienes según ellos, el responsable es el actual director de comunicación social municipal. Servidos.
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