Carrereando la Chuleta / Ronay Gonzalez

HIJO DE PUERCO, PUERQUITO

A veces me siento mal por la Goya (mi madre), por aquello de que la recuerdan muchas veces al día, de lo cual el único culpable soy yo, no ella. Además tiene que cargar con eso de que los hijos son el reflejo de sus padres, y ciertamente no queda muy bien parada. Insisto, ella no tiene la culpa de mis desvaríos por la vida, sin embargo, en algo sí hay razón, me dejó muy claro lo que se debe y no hacer, lo que no es correcto social y moralmente y lo que sí, que yo le haga caso ya es otra historia.
La educación y los valores no están en las escuelas, eso ya deberíamos haberlo entendido, los principios morales bajo los que una persona actúa están en la casa y nada más. Si un niño ve que sus padres roban, seguramente para ellos no será algo grave el tomar lo que no es de ellos, lo mismo si en su casa no se respeta a los demás, si se menosprecia a los pobres, a las mujeres, a los indígenas, lo más seguro es que los niños crezcan con la estúpida idea de que hay seres inferiores y otros superiores (y adivine de cuales se creen).
Llamó mucho mi atención el caso de los Porkys de Veracruz, si no sabe quiénes son, no se pierde de nada, son cuatro chamacos, cuyos padres son empresarios influyentes, y que por lo mismo se sintieron con el derecho de violar a una menor sabiendo que nada les iba a pasar.
Después de un escándalo a través de las redes sociales –a veces parece que el aparato de justicia mexicano solamente así reacciona- la agraviada logró que los reflectores se centraran en su caso que ya tiene como un año, durante el cual nada pasó, los sujetos seguían viviendo la vida loca muy quitados de la pena.
Pero independientemente de lo que se ha hecho o no en materia de justicia, está el tema de la «educación» que llevó a estos chamacos a creer que era una «gracia», porque además filmaron un video y lo subieron a las redes sociales, pero faltaba la cereza del pastel: la madre de uno de ellos salió a defenderlo por el «daño» que le estaban haciendo al ventilar su nombre y cara en los medios de comunicación, pues dice, él no actúo directamente, el nomás vio. Supongo que la doña desconoce el refrán que reza: tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata.
Debe ser difícil que como padre enfrentes las consecuencias de los erróneos actos de tus hijos, pero lo peor que como sociedad podemos hacer es solaparlos, por eso estamos como estamos, dice la canción. No hay razones que justifiquen una violación y mucho menos planeada, organizada entre jóvenes que deberían estar haciendo algo que los dignifique como seres humanos, no que los lleve al nivel del animal que como se ve, llevan dentro.
Pero ¿cuántas veces cometeremos este error sin darnos cuenta? ¿Cuántas veces nos segamos ante un hijo drogadicto, pandillero, maleante, vividor? Porque no son características que sólo se den en las clases bajas como muchos nos quieren hacer creer, están en todos lados.
Si se comete un error se tienen que pagar las consecuencias, no importa si tienes cinco años o cincuenta, si le pegas a una compañerita en el kínder seguro te regañarán; si violas a una menor de edad o participas en ello, lo mínimo que te merecerías es la cárcel, no que te defienda tu mamá.
Eso sólo me deja pensando que la madre tal vez es igual, que le dé lo mismo pasar sobre los derechos de quien sea, como sea, que el respeto que le tiene a su género es nulo, y que por madres (y padres por supuesto) como ella, el número de feminicidios en el país aumenta y aumenta.
No podemos permitirnos ya esos lujos, no en un país en el que el narco jala más jóvenes que las empresas; en el que el dinero dicta las leyes, en el que los jóvenes prefieren ser ninis a buscarse la vida desde que están en edad de trabajar. Con todo eso encima no podemos descuidarnos, mucho menos solapar sus primeros actos vandálicos, porque si los minimizamos, lo más seguro es que sigamos aportando criminales a esta sociedad.
Quiero pensar que estamos a tiempo, que no necesariamente chamacos como éstos son reflejo de sus padres, quiero pensar que los porkys no son la versión mini de los grandes puercos, ni el ejemplo a seguir.
Cambiando a una chuleta más agradable, le comento que el gobierno de Tuxtla Chico, encabezado por Juan Carlos Orellana García, dio un paso adelante hacia el desarrollo económico y comercial del municipio, a través de la instalación del primer módulo del Sistema de Apertura Rápida de Empresas (SARE), mismo que permitirá regularizar y actualizar de forma más rápida y satisfactoria a las pequeñas, medianas y grandes empresas del municipio.
Se trata de un programa permanente de la Administración Pública Federal, cuyo objetivo es simplificar los trámites mínimos para el establecimiento e inicio de las operaciones de las empresas, así como la regularización de las que ya están operando y que ingresan a la economía formal, lo cual brindará a los comerciantes tuxtlachiquenses la oportunidad de formalizarse como empresas y acceder a los beneficios que ofrece la Secretaría de Economía, así como capacitaciones y asesorías totalmente gratuitas.
Enhorabuena, ojalá se aproveche y siga creciendo la economía de este futuro Pueblo Mágico.
En otro municipio en el que se anda trabajando es en Cacahoatán, en donde el edil Enrique Álvarez, dio incentivos a los niños destacados en la Olimpiada del Conocimiento 2016. Se trató de pequeños de primaria que recibieron por parte del ayuntamiento y como muestra a su desempeño académico en este evento: un reconocimiento, un incentivo económico y una Tablet.
¡Felicidades! A los niños ganadores de las zonas escolares 097, 012 y 159, ojalá esto ayude a que cada vez más niños quieran destacar.
Finalmente le comento que con el objetivo de atender a las familias de escasos recursos en Tuxtla Gutiérrez, en materia de alimentación, educación, salud y seguridad social, el presidente municipal Fernando Castellanos Cal y Mayor se reunió con el subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Eviel Pérez Magaña y el delegado en Chiapas de esta dependencia, Miguel Prado de los Santos, para proponer estrategias y líneas de acción para la eliminación de la pobreza en los más marginados de la capital chiapaneca, procurando mayor bienestar para los habitantes mediante un combate frontal contra las carencias sociales.
Fernando Castellanos detalló que mediante el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), se beneficiará directamente a la población en pobreza extrema localizados con alto o muy alto nivel de rezago, conforme a lo previsto en la Ley General de Desarrollo Social, y en las zonas de atención prioritaria para el municipio.

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