Comentando la noticia / Alfonso Carbonell Chavez

Una ciudad sin ambulantes

Cuando leí ayer en un diario local, sí en ese proscrito a venderse en las sombras, de que el alcalde capitalino Fernando Castellanos Cal y Mayor se comprometió a resolver el problema del ambulantaje en el centro de la ciudad, mi escozor no me daba tiempo ni de rascarme. Y sí me pregunta abiertamente cómo lo piensa resolver habida cuenta que esos son votos y cuentan, la suerte está echada. Bueno de inicio se le aplaude la iniciativa. El mismo alcalde señala en su boletín que lo que no hizo su antecesor Samuel Toledo en tres años de administración, él lo resolverá en 15 días. Insisto y no complete el entuerto, me remembró al ex presidente Vicente Fox cuando iniciando su mandato vociferó: «en quince minutos resuelvo el problema de Chiapas». Seguimos esperando. Claro está se refería al tema del levantamiento armado zapatista del 1 de enero de 1994, lejano sí en la memoria colectiva pero aún vigente. Pero estábamos en el tema de Tuxtla y su joven alcalde el qué, dicho sea de paso, parece ha caído del beneplácito de Palacio. ¿Por qué?, se preguntará, ahí el dato; el gobernador Manuel Velasco Coello realizó una gira de trabajo en días pasados por algunas populosas colonias de la capital y qué creen, la ausencia notoria del recién asumido alcalde de Tuxtla. Sin mayor especulación, ¿raro no?

Pero dejémonos de cuitas y lecturas más allá de las líneas y prosigamos. Dice el presidente municipal de Tuxtla capital, resolverá el tema del ambulantaje en ¡quince días! Le cae. Y si no fuera porque tengo los labios partidos me soltaría a reír a carcajadas, Cual Garrik. Con el respeto que me merece el joven Fernando, se me hace temerario su pronunciamiento que insisto, le compro. Me recuerdo como si fuera hoy cómo, los gobiernos capitalinos tuxtlecos ¡todos!, trataron de acabar con este tema sí, coincidirán, molesto e incluso proclive a otras actividades al margen de la ley. Pero por ejemplo en tiempos del «viejón» Enoch, era cotidiano comprobar presencialmente cómo levantaban las mercancías de las y los vendedores indígenas los más, echando a la góndola de las camionetas municipales sus productos. Insisto, sí hay que poner orden pero hay que tener inteligencia y sensibilidad para acciones tales. Y ahí les va y estoy cierto usted habrá sido testigo de algo así: Paseábamos por el Parque de la Marimba un soleado día de abril mi esposa Isabel y mi familia que había llegado de Villahermosa, Tabasco. Mis hermanas Yolanda y Carmita, mi sobrina Alex con su esposo Gabriel y sus hijos Alejandro y Gaby. Felices escuchando la marimba que desde el quiosco nos regalaba melodías inolvidables; el popurrí de los hermanos Domínguez inspiraba. Bueno para no hacerla cansada, unos funcionarios del ayuntamiento tuxtleco apoyados por la policía «mañocipal», corrían a todos los vendedores del sitio, bueno no a todos empezando por la dichosa «lady escoba» (verdad mi Víctor Hugo Flores je) y fue, en verdad, dramática la escena que presenciamos cuando un grupo de «ésos» funcionarios que comento, les quitaban sus mercancías a unas jóvenes indígenas incluso con «pichi» en brazos porque, decían, no podían expender sus mercancías ahí. Mis hermanas y claro su servidor con celular en mano, reclamamos esa actitud déspota y cargada, digo yo, de xenofobia. Una gorda, perdón y su compañero con sendas marcas en su uniforme de ser del municipio, arengaban que eso «afea» a la ciudad. ¡Culeros!, dice mi compa Reneque. Mi hermana Yolanda se indignó tanto que les repuso y reclamó que por qué hacían eso. Mucha gente se unió contra la estúpida actuación de policías y funcionarios. Me queda claro.
Leía qué, dice el dicente municipal, en dos días resolvió el problema del ambulantaje en el Parque Jardín de la Marimba (así le puso el «Chimbo» amigo que en paz descanse) y que ahora pide quince días para resolver el entuerto del ambulantaje en el centro de la ciudad. Qué manera de hacerse el harakiri o como se escriba. Fernando tiene que entender que en un estado y ciudad de pobres donde no hay oportunidades de trabajo las personas tienen que buscar su sustento, que no están en las calles porque ellas y ellos hayan, por voluntad propia estar. No se equivoquen.
Entendí sí, que se asesorará de conocedores y expertos en la materia (¿?) que le ayuden a dilucidar un problema tan añejo y existente, habrá que anotar, en casi todas las grandes capitales del país. Así entendí. Pero o empero, no le hagamos más al cuento en esta cuenta regresiva que el propio alcalde se ha impuesto. Quién soy yo para ir en contrario. Lo que sí le digo desde ahorita al edil es; no se vuelva a envolver en tiempos fatales; la ciudadanía ¡ya está harta!, de esas falsas promesas. Las más. Joven presidente ¡NO!, se lo digo con aprecio. No es así. Ya bastante compleja resultó su elección y no es que este tipo de anuncios con los que logrará la legitimidad que de hecho, y es inobjetable, ya se la dio el Tribunal Federal Electoral. Pero como yo no doy consejos, remataré con algo que espero nos ilustre a todos; los taxistas de esta hermosa ciudad pese a ustedes los políticos, andan realmente jodidos y le digo porqué, al menos dos razonamientos válidos de su actividad y me dícen; ¡jefe nos parten la madre con las obras mal planeadas! Y también, las constantes marchas y plantones. Nos queda claro.

Ya de salida

Yo le aderezo que en este estado de corrupción e impunidad, los ciudadanos ya estamos al borde del desborde. Qué creen que no nos damos color, como se dice coloquial; ¡claro si no somos estúpidos!. Así es qué, vaya mi mensaje primero hasta la subsecretaría de Hacienda del estado donde ya, le digo al señor Daniel Sandoval Jafif, es más traslucido (que no transparente qué la chingada) con lo que hace con los recursos del pueblo chiapaneco. ¡Sí, porque para usted, se termina el sexenio y se va al carajo! Nosotros nos quedamos. Ah y no me están pidiendo consejo pero; algunos del área de Comunicación Social del Gobierno, les paso el dato; ya están siendo ventaneados por los propios editores. Piden moches. Al tiempo. Y como dije ya ¡yo no doy consejos!…// Me queda claro. Buen fin. Salu2

 

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