En la Mira / Hector Estrada

Listo el Congreso para consumar al absolutismo verde

Las voces que aseguraban que los actuales diputados entregarían el «poder absoluto» de la siguiente legislatura local al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y sus aliados en Chiapas no resultaron tan descabelladas. Al menos las condiciones puestas mediante las reformas aprobadas de facto este lunes así lo dejan ver.
Y es que, el día de ayer por mayoría de votos (sólo con la oposición de las diputadas del Partido de la Revolución Democrática) el Congreso de Chiapas aprobó las reformas a los artículos 2, 12 y 18 de la Ley Orgánica con las que se sientan las condiciones necesarias para ampliar periodos y permitir la reelección en la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política (JUCOPO).
Atentando contra la propia naturaleza de la JUCOPO, que busca ponderar la pluralidad y la alternancia, los diputados chiapanecos realizaron en sus últimos días de legislatura modificaciones a la ley que dejan abierta la posibilidad del empoderamiento de un sólo partido en los máximos órganos de poder en el legislativo local.
La reforma al Artículo 2 en su párrafo 6º reduce a dos días el tiempo forzoso para publicar en el Periódico Oficial las convocatorias para los periodos extraordinarios de sesiones, acortando también los tiempos para la lectura, análisis y discusión de las nuevas reformas legislativas que ahora podrán «cocinarse de manera exprés» cuando así se requiera.
Las reformas al Artículo 12 son aún más controversiales. Ahí la modificación se aplicó directamente al mecanismo para elegir al presidente o presidenta de la JUCOPO y establecer candados para evitar que los partidos de oposición en minoría puedan acceder a dirigir dicho organismo.
De esta manera se cambió la modalidad de elección por «mayoría absoluta del Congreso» a «mayoría absoluta del voto ponderado en la JUCOPO». Es decir, ahora sólo quien obtenga mayor cantidad de votos entre los coordinadores de los grupos parlamentarios podrá ser presidente de la Junta de Coordinación. Ahí es justo donde el PRI, Mover a Chiapas, Chiapas Unido y uno que otro coordinador servil al poder harán efectiva la encomienda.
No obstante lo anterior, lo verdaderamente escandaloso se concentra en la reforma al párrafo 4º de mismo Artículo 12 donde de manera «mañosa» los actuales legisladores abrieron las puertas de la reelección a los cargos en la JUCOPO, dejando el proceso de elección bajo el mismo mecanismo de mayoría absoluta del voto ponderado.
Además de eliminar la posibilidad de que un partido de oposición pueda desempeñar la presidencia al menos por un año, siendo esto un grave atentado a la pluralidad que debe regir las actuaciones de una asamblea popular como lo es el Congreso de Chiapas. Es por mucho un contrasentido a la esencia que da razón al mismo Congreso.
Finalmente, las reformas al Artículo 18 siguieron la misma pauta de lo hecho a la Junta de Coordinación Política, pues además de cambiar la forma de elección y ampliar el periodo de funciones de seis meses a un año, se abrió la posibilidad de reelecciones consecutivas que podrían mantener en la presidencia a un sólo partido y un mismo diputado.
Con todo lo anterior no cabe duda que la mesa en el Congreso de Chiapas ha quedado lista para una «legislatura verde», armada de las herramientas legales necesarias que les permita servirse con la cuchara grande, y así consumar el servilismo absoluto del legislativo al ejecutivo estatal en un escenario político que hace pensar en aquellas ideas de las dictaduras disfrazadas de democracias simuladas.

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