El mundo distante de Manuel Velasco
Cada vez me quedan menos dudas de que el gobernador Manuel Velasco Coello habita en una realidad alterna, en un mundo rosa, de luces, reflectores y glamour donde la ingobernabilidad, la pobreza, el caos, los escándalos electorales, la crisis económica y la vergonzosa corrupción en Chiapas son sólo ideas exageradas de los malintencionados que quieren opacar el «éxito» de su gobierno.
Nada expresa mejor lo anterior que la foto publicada este miércoles, a través de sus cuentas oficiales, donde el mandatario chiapaneco presume felizmente su viaje exprés al Vaticano y su encuentro con el Papa Francisco, acompañado por una comitiva conformada por su esposa, funcionarios y hasta los obispos de Tuxtla, Tapachula y San Cristóbal.
Con todos los gastos presupuestales que se necesitan para hacer posible un viaje de este tipo (obviamente pagados con el erario), la comitiva chiapaneca se trasladó a Europa con el pretexto de una exposición artesanal en el Vaticano para –a modo de jefe de Estado- hacer una nueva invitación al sumo pontífice.
Así, mientras en municipios como Tila la violencia nuevamente se hacía protagonista en Chiapas, para el mandatario estatal lo importante se reducía a pronunciar las palabras precisas frente al Papa y salir bien en las fotos para sus redes sociales. No cabe duda que el escenario tan complicado que vive la entidad es asunto menor para tanta felicidad particular, expresan a todas luces las postales oficiales.
Y es que, mientras quien encabeza la administración estatal se pasea por el viejo continente, en Chiapas las cosas van de mal en peor. Esta semana convivimos con graves enfrentamientos en alcaldías, con oficinas municipales incendiadas y funcionarios agredidos físicamente, en escenarios que cada vez se han hecho más recurrentes.
Pero también ha sido una semana de vergüenza y pena ajena donde nuestro árbitro electoral nuevamente ha dado la nota nacional con el mayor fraude por falsificación de identidades del que se tenga memoria en la historia moderna de México. En Chiapas se escapa ya, a presión por las ranuras, toda la putrefacción de los comicios pasados.
A lo anterior se suman los penosos episodios protagonizados por la «clase política chiapaneca» con personajes como el diputado federal por el Partido Verde Ecologista de México, Rafael Guirao Aguilar, quien tuvo la «brillante» idea de regalar cajas para bolear zapatos a niños de escasos recursos.
Al legislador de plano le importaron poco los temas de combate al trabajo infantil, por lo que felizmente se tomó la foto con este grupo de menores de edad, excusándose después con un sospechoso oficio donde supuestamente el grupo de «boleros» solicitaba ese tipo de apoyos a su fundación.
Agréguele usted las ridículas manifestaciones en agradecimiento al mismo gobernador Manuel Velasco por eliminar nuevamente el pago de la tenencia, los intentos por penalizar las manifestaciones sociales en vías de comunicación y hasta los daños causados por el fuerte sismo de este jueves; entre otros tantos asuntos que no resultan tan relevantes para el mandatario estatal.
Es así como mientras nuestro gobernador se pasea por el Vaticano y busca sacar el mayor provecho político a la próxima visita papal, en Chiapas muchos vivimos una realidad convulsa y completamente distinta que reclama a gritos una verdadera administración gubernamental para quien los problemas de las mayorías sí sean asunto de prioridad.
