Eyaculación femenina y el disfrute de nuestra sexualidad

Durante mucho tiempo se creyó que la eyaculación femenina no era más que simple orina. Sin embargo, al analizar el líquido resultado de dicha eyaculación, se llegó a la conclusión de que éste contiene fructuosa, antígeno prostático y la fosfatasa ácida

Diana Hernández Gómez / Cimac Noticias 

¿Alguna vez, al tener relaciones sexuales, has sentido que de pronto un líquido abundante comienza a salir de tu cuerpo? Si es así, entonces es probable que hayas tenido una eyaculación femenina, también conocida como squirting.

La eyaculación femenina es un término que, hasta hace poco, estaba envuelto en cierta controversia . Esto se debe a que más allá del tema sexual (el cual siempre ha sido tabú al tratarse de nosotras), también ponía en duda la existencia de la próstata en el cuerpo de las mujeres.

Sin embargo, desde la década de los 80 —cuando se empezó a hablar de eyaculación femenina en artículos académicos— ha habido grandes avances que no sólo reconocen que las mujeres pueden eyacular: también se ha reafirmado que nosotras tenemos próstata y que ésta juega un papel importante en el disfrute de nuestra sexualidad.

La próstata femenina

De acuerdo con un artículo publicado por la Universidad de Guadalajara, fue en el año 1600 (como dice la canción) cuando empezó a sugerirse que las mujeres, como los hombres, también tenían una próstata y que ésta estaba relacionada con el libido y la sexualidad.

Más adelante, cerca de 1800, el ginecólogo Alexander J.C. Skene describió esta parte de nuestras cuerpas como dos ductos o glándulas para-uretrales que desembocaban a los lados del orificio uretral en nuestra vulva. Y después de eso no hubo más discusión. Además, Skene pasó a ocupar un espacio en nuestras cuerpas luego de que su «descubrimiento» fuera nombrado como «glándulas de Skene».

Sin embargo, en 2001, la Comisión Federativa Internacional de Terminología Anatómica (FICAT) finalmente reconoció que los ductos descritos por el ginecólogo escocés son, ni más ni menos, la próstata femenina. Con esto se prohibió el uso de «glándulas de Skene» o de «glándulas o ductos para-uretrales» para referirse a ella.

Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la eyaculación femenina? Bueno, pues precisamente, nuestra próstata es una zona erógena; o sea, una zona que produce excitación sexual, ayuda a la producción de serotonina y, por lo tanto, nos hace sentir placer. Pero, además de esto, es la zona en la que se almacena el líquido que expulsamos al eyacular.

Imagen: Universidad de Guadalajara

Ahora sí: hablemos de eyaculación femenina

Según la psicóloga y sexóloga mexicana Paulina Millán Álvarez, durante mucho tiempo se creyó que la eyaculación femenina no era más que simple orina. Sin embargo, al analizar el líquido resultado de dicha eyaculación, se llegó a la conclusión de que éste contiene fructuosa, antígeno prostático y la fosfatasa ácida (lo que reafirmó una vez más que es un líquido proveniente de la próstata, pues estos componentes también se encuentran en el semen almacenado en la próstata masculina).

Así pues, se concluyó que nuestra eyaculación no es orina sino un líquido exclusivamente relacionado con la actividad sexual y la estimulación indirecta de la próstata. En otras palabras, la expulsión de este líquido proviene de nuestro placer sexual.

No obstante, esto no quiere decir que eyacular para nosotras sea más placentero que tener un orgasmo por medio de la estimulación del clítoris, por ejemplo. Aun así, las páginas de pornografía se han encargado de difundir la falsa imagen de una mujer eyaculando una y otra vez para alcanzar el clímax sexual.

Al respecto, Millán Álvarez señala que el orgasmo no siempre acompaña a la eyaculación femenina. Además, el líquido expulsado aumenta en cantidad dependiendo de la excitación de la mujer y de la cantidad de orgasmos que experimente al momento de tener relaciones.

Eyaculaciones entre el tabú, la pena y la desinformación

La sexóloga mexicana apunta que, además de las ideas equívocas relacionadas con el orgasmo, todavía hay muchas ideas erróneas sobre la eyaculación femenina. Una de ellas es que nosotras «nos venimos» únicamente cuando se estimula la estructura interna de nuestro clítoris o nuestras paredes vaginales. Contrario a esto, la también psicóloga afirma que basta con estimular la parte externa del clítoris para que el líquido empiece a emanar.

Pero ni siquiera eso: según experiencias «de la amiga de una amiga», a veces basta con sentir una fuerte excitación sexual en los momentos previos a la penetración para conseguir una eyaculación. Aunque, como bien escribe Paulina Millán, esto no les pasa a todas: algunos estudios estiman que sólo entre el 40 y el 54 por ciento de la población femenina a nivel mundial ha experimentado la eyaculación femenina.

Por otro lado, también es relativamente normal que quienes tienen esta experiencia no sepan lo que está sucediendo a causa de la falta de información al respecto. La «amiga de mi amiga», por ejemplo, pensó que el condón de su compañero se había vaciado por error cuando sintió que algo se derramaba entre sus piernas luego de experimentar un orgasmo.

Fotografía: Pixabay

Además, de acuerdo con la educadora sexual Samantha Evans, aquellas que conocen sobre la eyaculación femenina no siempre disfrutan de experimentarla por el temor a mojarse o ensuciar la cama. Y es que, si bien algunas pueden expulsar sólo unas gotas al eyacular, hay otras mujeres que incluso pueden llenar una o dos tazas con un líquido que puede ser transparente o, a veces, levemente amarillento.

Pese a esto, es innegable que la eyaculación femenina constituye otra forma de vivir nuestra sexualidad. La excitación que proporciona a una misma y a la pareja es algo distinto de las experiencias más cotidianas. Además, de acuerdo con una investigación realizada por la BBC, incluso puede tener una función en nuestra salud, pues puede ayudarnos a orinar sin dolor tras tener relaciones sexuales y a expulsar bacterias que pudieron haberse alojado en nuestra uretra durante el coito.

Sea como sea, la eyaculación femenina forma parte de nuestra vida sexual. Pero no te preocupes si no la has experimentado: encuentra otras formas de disfrutarte, que nuestras cuerpas son para hacernos felices.

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