En la Mira / Hector Estrada

A la diputada María Mayo y sus colegas

Escuchar las desafortunadas y vergonzosas declaraciones de la diputada María Mayo Mendoza, presidenta de la Comisión de Equidad y Género del Congreso de Chiapas, deja en claro la falta de preparación y conciencia sobre la verdadera responsabilidad que tienen los diputados locales como legisladores para hacer valer el mandato constitucional.
El argumento dado a la hora de hablar sobre el matrimonio igualitario y lo derechos de la población LGBTI puso de manifiesto la carencia de conocimientos en materia de constitucionalidad y Derechos Humanos que previa no sólo en la Comisión de Equidad y Género, sino en gran parte de la actual legislatura local.
Aunque parezca increíble, la diputada del partido Chiapas Unido salió con la «brillante» aseveración de que una posible reforma de reconocimiento a los derechos igualitarios de la población LGBTI en Chiapas debería esperar a que el resto de la ciudadanía esté «sensibilizada» en el tema, como si se tratase de un asunto de complacencias.
Queda claro que a Mayo Mendoza no sólo le urge una clase exprés de constitucionalidad y convencionalidad, sino también de historia universal básica para conocer y entender que ninguna revolución social de reconocimiento a los derechos humanos de los distintos sectores sociales ha esperado a que el resto de la población esté «sensibilizada» al respecto.
Si la lógica de la diputada chiapaneca hubiese aplicado en otras tantas luchas sociales que cambiaron el mundo, sin duda las cosas hoy serían muy distintas. Imagínese usted si la población de raza negra hubiese necesitado esperar a que el resto estuviese «sensibilizado» para reconocer y respetar sus derechos. Hoy sin duda su importante papel en la sociedad actual sería sólo sueño.
O qué decir de las mujeres, que tras tantas décadas de lucha, en pleno siglo XXI siguen padeciendo numerosas prácticas machistas que las quieren seguir colocando en una vergonzosa situación de desigualdad y sumisión. ¿Se imagina usted si hubiesen tenido que esperar a que los hombres se «sensibilizaran» al respecto para que sus derechos de igualdad fueran reconocidos en todo el marco normativo mexicano?
Los dichos de María Mayo no sólo carecen de sustento, sino de vergüenza por la falta de conocimiento que tiene respecto a la responsabilidad que ostenta, una irresponsabilidad absoluta que comparte con el resto de sus compañeros diputados a quienes hacer valer la constitución en temas como los derechos de la población LGBTI es la última de las prioridades.
A María Mayo y el resto de los legisladores chiapanecos se les ha olvidado que el concepto de equidad se fundamenta en el derecho a la igualdad, consagrado en el artículo 1º de la Constitución Mexicana, como una pilar esencial que asume a México como una nación democrática donde todos los mexicanos somos iguales ante la ley, sin distinción alguna.
Por eso los diputados chiapanecos, como lo ha determinado ya la SCJN, están obligados a legislar desde el marco de derecho constitucional y no desde prejuicios evidentemente discriminatorios o conceptos moralistas divergentes a los Derechos Humanos. Por eso el reconocimiento legal de los derechos de la población LGBTI en Chiapas es una obligación ineludible que se tendrá que cumplir más temprano que tarde.

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