Palabras Claras / Silvano Bautista Ibarias

Arbel Hernández Clemente, solo era un policía

Solo era un policía que perdió la vida por armas de fuego de grueso calibre que usaron los inconformes que tenían bloqueada la carretera a San Cristóbal de las Casas. Solo era un policía que seguramente dejo una viuda y huérfanos.
Solo era un policía que como muchos son mandados a labores de riesgo, desarmados, sin los elementos necesarios para garantizar su seguridad al igual que casi todas las policías en el país. Solo era un policía como muchos que a diario exponen sus vidas para ganar míseros 10 mil pesos mensuales, a lo mucho.
Quizá porque solo era un policía no están los organismos defensores de derechos humanos haciendo escarnio en las redes sociales, por eso nadie sale, por eso su nombre seguramente quedará en el olvido como muchos otros caídos en cumplimiento de su deber.
No hubiese sido un normalista. No hubiese sido un maestro «Democrático». No hubiese sido un zapatista porque ya decenas de las llamadas ONGS estarían rasgándose las vestiduras y hablando de un gobierno «represor» que en muchos casos solo pretenden aplicar la ley.
Quizá la muerte de Arbel Hernández Clemente, originario de Suchiate, no les representa dividendos políticos, beneficios mediáticos, beneficios personales por eso no hablan.
Quizá solo era un policía que murió este sábado a las 05:40 en un hospital de Tuxtla, por eso callan y no dicen nada.

Policías alzan la voz….

El hecho del pasado sábado en la madrugada donde hay varios policías más heridos con armas de fuego demuestra una vez más que la policía está al servicio de la administración pública para preservar y restaurar el orden público. Los policías no han abandonado ese compromiso y obligación, pero luego de este hecho piden al secretario de seguridad pública, José Luis Llaven Abarca, una nueva revisión a los protocolos de actuación y labores de inteligencia antes de un operativo para no ir como borregos al matadero.
En un escrito que circuló via whatsapps mayores garantías para actuar de manera que no estén expuestos a otra emboscada como la del sábado en la madrugada.
Hay que recordar que durante la pasada administración del ex gobernador Juan Sabines el Congreso desprotegió a los cuerpos policiacos al emitir un protocolo que los manda al matadero al llevar a cabo este tipo de operativos totalmente desarmados, desprotegidos y totalmente expuestos a su suerte que como se vio no fue tan buena.
Para los policías, para la tropa, esto no es más que una mera irresponsabilidad de los altos mandos que los mandan a desalojos sin armas «ya que les tienen miedo a la CNDH y nada más nos permiten llevar un escudo, pero hay un grupo especial que van bien equipados. Y donde estaban en esos momentos, cuestionan los policías.
Ante este hecho, están analizando la probabilidad de no acatar más instrucciones de operativos de desalojo si van desarmados, admiten que si bien no tienen derecho a disparar, pero también dicen «de qué lloren en mi casa que lloren en casa ajena». Finalmente, cuestionan la falta de huevos (sic) del Comandante Calvo en este operativo.
Quizá sea hora de un revisión de éste protocolo, al final de cuenta son solo policías, pero no implica que en aras de cálculos políticos como seguramente hubo en el caso del desalojo de la carretera, estos vayan a su suerte a una muerte segura.

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