La cautela de la información sobre la seguridad de López Obrador alimenta la polémica entre transparencia y protección, mientras el Gobierno asegura que no hay amenazas específicas contra el exmandatario
Aquínoticias Staff
La seguridad del expresidente Andrés Manuel López Obrador ha generado controversia tras la publicación de un reportaje de El Universal que expone la reserva de datos sobre el personal militar que lo protege en su residencia de Palenque, Chiapas. Según la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), dicha medida responde a la necesidad de prevenir riesgos ante posibles atentados por parte de grupos de la delincuencia organizada y adversarios políticos.
Durante su conferencia mañanera del 28 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum minimizó el tema, calificándolo como un intento de «armar un escándalo» sin fundamento. «Lo que hay, como dice el general, es un destacamento que existe desde hace muchos años en Palenque. Cuida a toda la población y también al presidente Andrés Manuel López Obrador. No hay nada más allá de lo que tiene cualquier otro expresidente», aseguró.
La versión de Sedena: protección, no riesgo
Por su parte, el titular de la Sedena, Ricardo Trevilla, descartó que exista una amenaza específica contra el expresidente. “No hay un riesgo, y sí se designa personal que dé seguridad a los expresidentes, a todos. Inclusive también a funcionarios que desempeñaron algún cargo y se les requiere dar protección, pero no hay ningún riesgo ni amenaza ni nada por el estilo”, afirmó.
Sin embargo, la reserva de información realizada por Sedena establece una narrativa más cautelosa. En su respuesta oficial, la dependencia señaló que revelar detalles sobre los elementos asignados podría facilitar que grupos criminales planifiquen ataques, poniendo en peligro tanto al personal militar como al propio López Obrador. “Es de vital importancia la mayor discreción en los detalles”, explicó la institución.
La protección de López Obrador pone de relieve una paradoja: durante su mandato, el expresidente renunció al uso del Estado Mayor Presidencial (EMP) y promovió una imagen de austeridad que incluyó viajar sin escoltas visibles. Sin embargo, la persistencia de riesgos asociados a figuras públicas en México ha hecho que el despliegue de seguridad sea inevitable, aunque discretamente administrado.
El debate sobre la reserva de información plantea preguntas sobre el balance entre transparencia y seguridad en el ámbito gubernamental. Mientras algunos críticos exigen mayor claridad en las medidas adoptadas, expertos en seguridad advierten que la divulgación de datos estratégicos podría comprometer operaciones sensibles.
«Es un equilibrio difícil. La transparencia es clave en una democracia, pero en casos de seguridad personal, la opacidad puede ser necesaria para proteger vidas», comenta Ana María Alarcón, analista política.
Con información de Político MX