Tubo de ensayo / Rene Delios

Ante la información la gente usa su sentido común, y desde luego, sabedora de la corrupción en la clase política, no se sorprende de nada, es decir que ha perdido su capacidad de asombro.
Y desde luego después que se dieron a conocer los nuevos audios e imágenes del día en que Joaquín Guzmán se fugó del penal de máxima seguridad de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, todavía más.
Desde luego que hay indignación; en el mundo a los mexicanos no nos bajan de corruptos, esto es que no solo se dice de la clase política y el gobierno, sino de la nación toda con los de adentro.
Desde la idea de un país tan rico con gente tan pobre, a causa de las malas políticas internas que han generado tanta miseria pero opulentos millonarias, hasta la sencilla pregunta de ¿cómo puede ser verdad que nadie escuchara –ni en el vecindario carajo- el ruido de los trabajos de excavación en el subsuelo?
Y la otra: antes caían «cabezones» por éstas cosas ¿Y porque ahora no cayó el secretario de gobernación, y sí el procurador por el caso Ayotzinapa?
Y eso que le ha costado imagen y prestigio al actual gobierno de la república.
Pero se fue el ex comisionado de seguridad pública y arrestaron a un buen de mandos medios en dicho penal, y ya tenemos decenas de investigaciones en contra todos los involucrados, eso que llaman «líneas de investigación, como en el caso Ayotzinapa, confundiendo más las cosas, pero es la fecha en que –como eso de que no se encuentran los cuerpos que quieren vivos- no hay aún un solo responsable intelectual dentro del gobierno, del caso.
Porque alguien con mando, permitió todo.
Pero hay la otra: ¿mando por dentro o mando por fuera?
No se sabe nada aun del cómo se fugó de Puente Grande, que seguramente ya desecharon, para concentrase en ésta, y es seguro que así se la van a pasar un buen de años, mientras hacen morlotes en diversos estados con la gendarmería en exceso por «las sospechas de que ahí se encuentra el Chapo» y no pasa absolutamente nada.
La neta esos despliegues le cuestan a los mexicanos una buena lana para que no surtan ningún efecto.
Pero bueno, como en el caso de Ayotzinapa, abierto el expediente para la investigación y más gasto «especial» para el erario público que de alguna parte debe de salir, mientras programas de atención social están ahorcados y miles de prestadores de bienes y servicios a los gobiernos federal y estatales, no reciben sus liquidaciones merecidas.
No se espera que las cosas se conozcan a fondo aun terminado el presente sexenio, pero hay que darle largas «a lo que cueste» ¿qué más? Ni modos que se le siga echando taches a la administración peñista tan desprestigiada y gris.
Y así aparecen más datos, más «líneas de investigación» en ambos casos –Chapo y Ayotzinapa- y más se descubre que en éste país reina la impunidad.

Matraz

Sobre el caso ese de que no hay dinero por ninguna parte, creo que se trata de un atorón en Hacienda federal; se acerca ya el cierre del ejercicio fiscal 2015. Terminado Octubre la cosa se va a complicar más.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *