Tubo de ensayo / Rene Delios

Luego de los resolutivos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en torno a Chenalhó y Oxchuc, si hablamos de Estado de Derecho solo se tienen que acatar.
Desde luego que hay los que aun defienden eso de los usos y costumbres, que más que la verdad están demás contaminados por intereses locales y cuyo reflejo son las mismas alcaldesas reinstaladas por el TRIFE.
En su momento fueron candidatas; en su momento no hubo problemas; en su momento ganaron y vinieron las reacciones, derivadas de lo mismo: promesas de campaña que costó el caso Chamula, porque lo prometido no llega: no hay el varo, hubo asesinatos cuyas dolencias siguen latentes.
Ilusos los que creen que eso quedó ahí.
Ya se ha escrito mucho sobre eso de los usos y costumbres, de los abusos en nombre de su idiosincrasia, y de la necesidad de dejar en claro que la ley debe imperar en esos ambientes arbitrarios e intolerantes.
Sí, se registran igual o peor en el medio nuestro, pero ni negar que ya aprendieron, y sencillamente lo aplican con los maquillajes necesarios para que el caciquismo -peor que el ladino- de siempre siga usufructuando a su «manera» de lo que hace la clase política vigente, en el ámbito «constitucional» en esta corrupción galopante.
Y es que a nombre de los usos y costumbres se comenten muchos abusos, y desde luego solo por clientelismo son tolerados.
¿Por qué más?
Los indígenas no son hijos del gobierno, ni nosotros: se supone -solo eso- que es nuestro empleado -en la letra, pero lo es-, pero a los señores del dominio en las élites indígenas le enseñaron eso siempre: el papá es el gobierno, el proveedor.
Pues ese papá debe hacer valer la ley, como a cualquiera en el medio «ladino».
Lo de Chamula fue grave, antes lo de Oxchuc y lo de Chenalhó: violentaron la ley y aun los castigados, se les hace tan fácil brincarla.
Como que ya es hora de decirles que son iguales a todos ante la ley.
Hubo de intervenir una autoridad federal para recomponer la vigencia; a lo mejor las alcaldesas son parte de lo mismo pero ellas ganaron y eso es lo que tiene claro el TRIFE.
¿Qué no tenemos en Chiapas elementos que lo hubieran advertido?
¿Dónde están esas barras de abogados?
La verdad que ignominia.
Es cuando sentimos el desamparo, el que estamos solos como ciudadanos, y que los responsables de custodiarnos andan en el limbo.

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