Tubo de ensayo / Rene Delios

Pareciera que no pasa nada.
Es decir, pasa pero pasa nada ¿Por qué?
(Alguna vez se lo pregunto Mauricio González de la Garza).
La realidad es que se está registrando un desgaste real que se está manifestando en las calles de las ciudades del estado, y eso muy aparte de mala imagen a gobierno municipal alguno incluyendo al gobierno estatal, daña a la sociedad que, por años, ha estado viviendo un ambiente muy distinto a otras entidades del país, envueltas en un marasmo –escribiera García Márquez en su etapa de periodista- de fétidos olores que anuncia cosas peores, pues ya ha llegado –como en Acapulco- a decenas de adolescentes secuestradas ya no en la escuela, sino saliendo de sus casas.
La incidencias de asaltos callejeros crece en Chiapas, ni negarlo, y no se trata de crimen organizado, sino de rijosos quizás en la desesperada porque no crece el empleo como se dice, y la verdad no hay ocupación en obra pública y otros programas de desarrollo social porque sencillamente no hay varo.
No es privativo de Chiapas, desde luego; en Tabasco, Pemex despidió hace un par de semanas a más de tres mil empleados temporales, y no demoró mucho para que en el municipio de centro eso se reflejara, como en la zona Olmeca de Veracruz, Coatzacoalcos, con el mismo efecto, solo que ahí se incrementaron los secuestros, incluso expres que, como todo, el gobierno de Duarte de Ochoa niega aún se anega de desesperación esa zona otrora de progreso y bienestar.
¿Qué sucede en México en realidad?
No hay explicaciones de parte de la autoridad superior a quienes sirven: nosotros –que mezquina indiferencia; ese planteamiento grande de «mandar obedeciendo» no la han entendido éstos gobiernos retraídos en la idea de que, son efectivos, de que son de lo mejor e idóneo.
La verdad se están registrando los mismos efectos que se dieron durante el gobierno de De la Madrid: controlada la inflación, ciertamente, pero sin crecimiento y ya pasamos la mitad del sexenio, con la diferencia de que, no liquidan adeudos y eso está impactando directamente en la iniciativa privada que es la que genera los empleos, no el gobierno.
O sea que hay un México desesperado –te oigo, otra vez, Colosio-, y desde luego alterado, ante una delincuencia que le gana a las estrategias de prevención del delito al gobierno, como la desocupación al empleo, y en consecuencia, las familias no están bien.
No hay armonía entre los que dicen los que gobiernan y lo que se viven en la población.
La falta de credibilidad crece, y se ejerce en muy diferentes formas, que deforman la armonía social que se presume.
¿Qué sucede en México que ya llegamos a la tercera parte del año –Abril, cuarto mes- y no fluyen los recursos para lo elemental incluyendo las dependencias públicas, algunas hasta sin energía eléctrica?
¿Estamos en quiebra?
Desde luego que no; el petróleo es una garantía, pero el desgaste social por la falta de radicación de recursos es evidente- muy aparte de lo que se acusa y dice de personajes públicos en redes sociales, que debe verse con madurez, pues al final no son solo que personajes institucionales –la verdad sustituibles-, cuya explicación pendiente, se la guardan por eso, son institucionales.
Lo que irrita es que decenas de miles están padeciendo las consecuencias de ese silencio, y sin la información necesaria no se puede actuar.
Lo sabemos, la información es poder; solo ellos tienen claro qué está sucediendo.

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