Tubo de ensayo / Rene Delios

Foto Agencia EL UNIVERSAL/Pedro Mera

¿La radicación de los recursos federales a las entidades, se definió en el legislativo de San Lázaro?
Desde luego que no.
Los legisladores de los estados no pudieron hacer nada ante la aplanadora de sus dirigencias.
En los casos de Chiapas, Chihuahua, Guerrero y Veracruz, endeudados en serio, fue notorio el cómo sus legisladores nada más no pudieron superar la propuesta original, y de los mencionados solo Veracruz y Chiapas por su situación sui generis, merecieron presupuestos altos en comparación a otras entidades al interior del país.
Veracruz y Chiapas son la segunda y tercera entidades con mayor presupuesto por parte de la federación solo después de Edomex.
Desde luego que de todos los estados la Ciudad de México se lleva el mayor porcentaje del presupuesto.
Veracruz es una entidad que le adeuda a sus proveedores diez mil millones de pesos, que desde luego es muy difícil que pague en dos años. Es más, los 212 municipios de la entidad se organizan para presentar demandas por la falta de radicación de presupuesto 2015 y 2016; esa entidad tiene elecciones estatales solo de municipios en 2017, y los alcaldes están hasta el cuello.
Pero Chiapas es otra circunstancia: el subdesarrollo complica el crecimiento.
La falta de recursos para la inversión en infraestructura no es suficiente.
Menos con la reducción registrada en el presupuesto federal para el año próximo en 5 mil 200 millones de pesos y parece que el sector más afectado es el educativo, con la enrome suma de mil 200 millones menos.
Obvio es que todos los esquemas planeados se reducen o más bien se van a rediseñar para poder encontrar con menos, la forma de mantenerse al menos igual a 2016.
Sin embargo no es bajo el recurso: 38 mil 800 millones de pesos aun con la reducción obligan a diseñar un plan de gobierno 2017 bastante objetivo y ojalá sea sin parafernalia, y la austeridad se observe incluso en el exceso de mercedes en los funcionarios y el dispendio que hacen con unidades, gasolinas, gastosa de representación y personal.
Un plan de austeridad efectivo, porque si la cuestión de los petroprecios sigue todo 2017, el siguiente año electoral federal de 2018 no va a significar buenos augurios para el partido en el poder.

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