A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Cero crecimiento

Parte favorita del discurso del entonces candidato opositor López Obrador fue el criticar las cifras de crecimiento económico del país. Lo traía en la punta de la lengua. Calificaba como mediocre que durante no rebasara el 2% y ofreció que en su gobierno el crecimiento llegaría al 6%. Ya después un poco más sensato moderó sus pronósticos a un 4% en promedio durante su sexenio. Eliminar la corrupción y modificar el modelo neoliberal que, según el solo favorece a unos cuantos, sería suficiente para detonar el desarrollo del país.
Ha sucedido lo contrario y no por factores externos. EU y Canadá, nuestros principales socios comerciales mantienen un crecimiento sostenido. Pero nosotros no solo no hemos crecido, sino que la economía va en picada desde que curiosamente se canceló el proyecto del NAIM. Al tiempo se echó abajo la reforma energética. Se apuesta por hacer de Pemex una empresa eficiente que recupere la producción petrolera del país, pero está en números rojos y una pesada carga fiscal. La construcción de la refinería de Dos Bocas tiene el loable propósito de recuperar de la independencia energética en la importación de gasolinas. La cuestión es que se logré terminar a tiempo y con los montos previstos. Se ignoró el pronóstico de las calificadoras de riesgo y contra viento y marea el proyecto va.
Ahora se afirma que el crecimiento no importa. Lo realmente relevante es el bienestar. No existen hay parámetros para medirlo más que «los otros datos» que nadie conoce. El aumento al salario mínimo y la enorme cantidad de recursos destinados a programas sociales son la base de esa afirmación. Se actúa con gran discrecionalidad y sin claras reglas de operación que permitan dar transparencia y sobre todo medir resultados. Lo que si se tiene son las cifras que hacen evidente la caída en la inversión y la generación de empleos.
La confianza es un factor determinante para activar la economía y es ahí donde no se ha logrado impactar. Por más anuncios de parte del Consejo Coordinador Empresarial en materia infraestructura, alrededor de 44 mmd, esa confianza no se ha recuperado. El organismo que si tiene otros datos es la COPARMEX que aglutina a las pequeñas y medianas empresas. Ellas generan el 80% de los empleos formales y son ahora los más afectados por las medidas tributarias que presionan sobre la fiscalización y amenaza con perseguir como delitos graves a la evasión. El 23.6 % del Producto Interno Bruto (PIB) se genera en el sector informal con 57.9 % de la población ocupada. El 76.4 % lo genera el sector formal con el 42.1 % de la población ocupada. 76 de cada 100 pesos generados del PIB, los producen 42% de empleos formales y 24 pesos los genera el 58% de empleos informales. La carga fiscal no es pareja. No todos contribuyen al gasto público.
Un día antes de que se dieran a conocer las cifras del INEGI, el presidente convocó a una reunión de emergencia al gabinete económico encabezado por Alfonso Romo. Les pidió proponer medidas para reactivar el crecimiento y se supone que ahora trabajan en ello. No será fácil. Parece que no basta con la apreciación de nuestra moneda y se controle la inflación. Con los aumentos al IEPS algunos productos de consumo habitual han subido sus precios e impactan en el bolsillo de los mexicanos. Se logró firmar el T_MEC pero con desventajas para México. Se generará presión sobre la industria automovilística y el sector agropecuario. El ganador fue Trump al obligar a México a casi equiparar paulatinamente los salarios en México. Aumentarán los sueldos pero se perderán empleos. El resultado será que las armadoras empacarán maletas.
Se presiona al sector formal de la economía con el impulso al salario mínimo y al mismo tiempo con una intimidatoria reforma fiscal. La falta de inversión provocó la caída de los ingresos fiscales. Tuvieron que echar mano de los ahorros del fondo de estabilización. No se contrajo deuda pero, se rompió el cochinito. Le quitaron el salvavidas a la economía y quieren ponerse a nadar.
El presidente goza de popularidad pero eso no garantiza la confianza en el sector productivo del país. La 4t está atrapada en su fobia antineoliberal. Sería saludable ceder. Veremos si le hacen caso a Alfonso Romo. Aceptar que ahora estamos peor que antes cuando estábamos mal, es algo que va contra la naturaleza del presidente. No basta con el voluntarismo. Por eso se antoja difícil que las cosas mejoren.

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