A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Matar a los gorriones

Cuando el líder comunista Mao Tse Tun decidió combatir la hambruna en su país y acabar con la desigualdad, llevó a cabo una razia en contra de los propietarios de tierras lo que provocó el linchamiento de más de un millón masacrados a manos de los campesinos. La tierra se pulverizó y el resultado fue una mayor pobreza. Estimuló la lucha de clases y persiguió a los intelectuales, maestros y críticos. Fueron enviados a campos de «reeducación» y acusados de derechistas fueron criminalizados y asesinados por cientos de miles.

Culto a la personalidad

La sociedad comunista rendía un culto enorme a la personalidad de Mao. Era un honor estar con Mao Tse Tun. «Trabajo duro durante pocos años, felicidad para muchos años» fue la promesa. Se trataba de una «transformación» para «el gran salto adelante». La misma farsa que costó la vida de millones bajo el régimen de Stalin. Un pueblo que soñaba con el paraíso comunista que solo existe en la imaginación.

Los gorriones

Entre las medidas más absurdas por allá de 1956, Mao decidió convertir en enemigo público a los gorriones. Sí, los gorriones, esos pequeños pajarillos que formaban parte de lo que se conoce como la cadena trófica o cadena alimenticia donde las distintas especies de seres vivos componen una comunidad biológica o ecosistema y cada especie tiene un depredador manteniendo el equilibrio de las poblaciones.

Inició así la «campaña de las cuatro plagas» donde se decreto el exterminio de mosquitos, roedores, moscas y particularmente de los gorriones. El argumento para exterminarlos era que devoraban el grano almacenado. Se publicaron cálculos según los cuales cada gorrión comía 4,5 kg de grano al año. Por lo tanto, matando a un millón de gorriones, se podría alimentar a 60 000 personas más. Según palabras de Mao, «los gorriones son una de las peores plagas, son enemigos de la revolución, se comen nuestras cosechas, mátenlos. Ningún guerrero se retirará hasta erradicarlos, tenemos que perseverar con la tenacidad del revolucionario»

Los nidos fueron destruidos, los huevos rotos y los polluelos acabaron muertos al no haber adultos que los alimentasen. La campaña supuso un éxito y la pequeña ave fue prácticamente extinguida de China, pero su desaparición provocó la aparición de plagas de insectos ”como la langosta” que asolaron los cultivos. Fue uno de los detonantes de la Gran Hambruna China considerada como uno de los mayores desastres provocados por la decisión de un solo hombre. La mayoría de las estimaciones del número de muertos oscila entre los 15 y hasta 55 millones.

Erradicar la corrupción

Decisiones políticas producto de absurdas ecuaciones simplistas. Algo así como la proclama del fin del neoliberalismo que pregona la cuarta transformación. La idea de que erradicar la corrupción significaría un ahorro para combatir la pobreza. «Según cálculos oficiales, por no permitir la corrupción y hacer un gobierno austero, hemos podido ahorrar durante nuestra administración alrededor de 560,000 millones de pesos» afirmó Amlo.

Por erradicar la corrupción se dejó enterrada en el NAIM una inversión de 100 mil millones de pesos y se construyó hoy un aeropuerto en un lugar inadecuado que costó 175 mil millones. Para evitar el Huachicol se compraron 671 pipas con un costo de 92 millones de dólares, poco menos de lo que cuesta el avión presidencial. Ahora ya no se usan porque resulta N veces más barato seguir usando los ductos. Para resolver la distribución y el abasto de medicinas se construyó una megafarmacia que costó la friolera de 2 mil millones de pesos y ha resultado un verdadero fiasco. Ejemplos sobran y se multiplican.

Solo aplanar el piso base para construir Dos Bocas, costó 5 mil millones de pesos. Todo ese dinero se ha perdió por las constantes inundaciones que han anegado y azolvado el terreno ahora que ya hasta se inauguró. Nos preparamos para producir más gasolina a un costo más caro del que importamos en aras de la soberanía. La refinería de Deer Park en Estados Unidos nos costó 600 millones de dólares y producirá más que Dos Bocas cuyo costo ascendió a 18 mil millones de dólares. Mientras el mundo se prepara para dejar de consumir combustibles fósiles. Del Tren Maya mejor ni hablar. Es un descaro decir que beneficiara a Chiapas cuando tenemos un aeropuerto internacional que está en desuso. Tan incosteable que ninguna empresa se atrevió a invertir. A construir si, pero con dinero público, faltaba más. 175 mil millones de pesos que ahora ya superaron los 500 mil millones de pesos.

Erradicar a la clase media

En medio de la tempestad, construimos elefantes blancos. El presidente ha decidido «matar al gorrión». Erradicar a la clase media, los fifis, y muchas empresas a las que culpa de la desigualdad. No las ha apoyado, sino que ahora las ahorca con más cargas impositivas y un terrorismo fiscal que está exprimiendo las utilidades de las empresas.

Cancelan energías alternativas y quieren que sigamos manteniendo al monopolio de la CFE que nos encarece la vida. Las pérdidas de Pemex son multimillonarias, insisten en rescatarla a costa de hundir las finanzas del país. No hay plan económico ni manera de reactivar la economía. Estatizar y competir con pérdidas que absorvemos los contribuyentes ha sido la solución. Mexicana de Aviación, las gasolineras del bienestar y un largo etcétera. El futuro es incierto pero el señor sigue empecinado en matar al gorrión.

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