A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

A la deriva

El desdén del presidente por la ley se torna cada vez más peligroso. Las normas no aplican en sus códigos de conducta. No acata ordenamientos judiciales y no hay manera de obligarlo. Para él, lo justo no es necesariamente legal y lo mide desde su propio rasero. A decir suyo, su autoridad moral y política, está por encima de la ley. La investidura presidencial es un infalible halo protector. Es una autócrata confeso.

Lo inusitado es que aún goza de cierto respaldo popular y en ello basa el peso de sus decisiones. Lo siguen como las ratas a la flauta de Hamelin. Él encarna al pueblo, representa los sentimientos de la nación. Sintetiza a los héroes patrios y por ello los cita con frecuencia. Quiere ser uno más, entre Juárez, Morelos e Hidalgo, pero se aleja a cada paso que da. Se asemeja más a Huerta que a Madero. La finca de Palenque es Manga de Clavo. Sueña como Santa Anna estar presto para cuando la patria lo necesite.

EL CANDIDATO

Por eso se aferra al poder. Anhela mantenerlo a través de su sucesora a quien quiere imponer a toda costa. Repite sistemáticamente las mismas conductas que criticó en el pasado. Utiliza clientelarmente los programas sociales. Sigue culpando al pasado de todas las calamidades. No asume ninguna culpa, no enmienda ningún error. El ganso mutó a chachalaca metido de lleno en la contienda electoral dejando de lado a su candidata que brilla por su ausencia en el papel de aguadora. Por ello se ha convertido en el centro de todas las críticas, en el verdadero adversario.

Es el rival a vencer y por eso le están aboyando la salpicadera. Las críticas de que ha sido objeto lo están sacando de sus casillas. No lleva un control de daños. Sus cortesanos alimentan su ira en vez de apaciguarla. No puede aceptar que los ciudadanos le han abarrotado su zócalo. Por eso los minimiza, los insulta y al mismo tiempo atiza el fuego produciendo un efecto contrario. La historia se repite ahora en su contra. La plaza pública ya no es suya.

CONTRA LA PRENSA

Por si eso no bastara, arremete contra la prensa internacional. Descalifica al New York Times “ese pasquín inmundo” y de paso al Washington Post, los diarios más influyentes del orbe. Revela el teléfono que la reportera ofreció para escuchar su versión o la del gobierno mexicano en torno a la investigación de la DEA que incriminó a colaboradores suyos. Cuando la reportera de Univisión (un medio latino en los EU) le pregunta si con ello pone en riesgo la seguridad de la periodista, Aprovecha para fustigar a la prensa que para él se asume inmaculada, tejida mano, y le manda decir a la periodista que, si tanto es, cambie de número.

A CAMBIAR DE NÚMERO

Al día siguiente su hijo mayor se queja de hostigamiento. Le han aplicado la misma receta publicando su número telefónico. Dice que lo exponen. Que la campaña de odio se cierne contra él y los suyos. Queda expuesta la doble moral, el doble rasero con que miden los mismos hechos. En días subsecuentes les pasa lo mismo a otros destacados miembros de la 4t, incluyendo a su propia candidata. Se vuelcan los mensajes y ellos se quejan. Mientras Xóchitl avanza en su campaña, ellos se enfrascan en los pleitos de barrio. Mantiene por cuarta semana consecutiva los hashtag en un tema que tiene desquiciado al presidente. Loret no le da respiro y al parecer trae más munición.

LOS EMPRESARIOS

La huestes del obradorato se lanzan contra Salinas Pliego, el dueño de Tv Azteca. Él les contesta. Les dice que ya estaba antes de que llegaran y que no entienden que ya se van. Juega a los rounds de sombra de su cuenta de “X” pero su artillería es mayor. Sabe que no le aguantan ni una semana en un noticiero que ven en todo el país y donde no llegan las redes, pero los sabuesos del presidente lo retan, no miden las consecuencias. No es el único empresario, Slim ya pintó su raya y son más los agraviados. Los que saben que México puede crecer mucho más, pero no con está yunta de semovientes.

LA GUERRA

Mientras esta tragicomedia avanza, el crimen organizado hace y deshace ante la ausencia del estado. La Guardia Nacional no hace nada por contenerlo o de plano está rebasada. Con abrazos no se pueden contener bazucazos. Un día sí y otro también desaparecen personas y aparecen muertos. La Iglesia se ofrece como intermediaria en Guerrero, pero fracasa. La guerra por las plazas no tiene cuartel.

COMO CHIVO EN CRISTALERÍA

Como chivos en cristalería se pelean con los empresarios, callan ante el crimen, descalifican las marchas, se pelean con los medios nacionales e internacionales, fustigan a la prensa y atacan a la Corte. La ministra Piña responde. Defiende la autonomía como un pilar básico de la democracia, como un reducto contra el poder autoritario. El presidente deja en evidencia que no comprende el significado de la palabra legalidad, de la separación de poderes, de la república, de la libertad de expresión y la libertad de prensa. Poco favor le hace a su candidata a la que no le queda otra cosa que recitar sus desplantes, que amortiguar sus ocurrencias. Así no se puede. El pueblo no es tonto. Tonto es el que cree, que el pueblo es tonto.

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