Comentando la noticia / Alfonso Carbonell Chavez

Una luz al final del túnel (¡?)

¡Sí parece que sí! Una tenue luz al final de este oscuro camino parece tintinar al final del interminable túnel que atravesamos. Pero lo más probable digo, atendiendo a la memoria histórica, es que el camino solo llegue hasta ahí, porque lo demás; sí lo demás, está todavía por construir. Es decir que lo que hay por delante es un profundo abismo. Porque no basta y no es suficiente el pequeño puente tendido en el tránsito del 2015 al 2016 sustentado en las vigas del no pago de tenencia vehicular. No alcanza. Demasiado pesa la carga que la sociedad trae consigo en sus bolsillos derruidos, pero más pesada aún es el peso del hartazgo, la desesperanza y el enojo acumulado de menos en estos tres años de gobierno. Y claro no haría falta de configurar al gobierno en referencia dado el dato consignado, pero lo haré para mayor satisfacción; me refiero al gobierno de Chiapas. Durante estos últimos años la sociedad nacional se ha visto sometida a los más complejos escenarios de todo orden, pero el económico resulta fundamental en una sociedad compuesta en su mayoría de pobres por un lado y la riqueza concentrada en un puñado de hombres que no se cansan de amasar incontables fortunas montadas sobre los hombros de millones de trabajadores desposeídos. En Chiapas estas crecientes contradicciones sociales se ensanchan y profundizan con mayor crudeza, por ello decía que ese débil puente que el gobierno ha tendido para comunicar a Chiapas con el 2016, no será suficiente para soportar el peso de la corrupción e impunidad que se advierte en las esferas de gobierno.
Si a estas condiciones de pobreza extrema en la entidad le echamos a la espalda del pueblo aspectos de degradación de la política, pero no de la ciencia sino de quienes la practican, hacen ver y confirmar con pasmosa objetividad, que la percepción del conglomerado social respecto de su clase gobernante es irrefutable como cierta. Decía pues, la pasmosa realidad sobrepasa con mucho la ficción. Así entonces y solo cito el dato para lograr entender mi aserto, sobre la degradación de la política insisto, es el histórico desafuero del diputado 41 es decir el diputado migrante Roberto Pardo Molina, ocurrido en sesión «fast track» ello apenas el pasado viernes 11 de diciembre. Los delitos electorales que pesan sobre de éste, de comprobarse, lo pondrían con un pie en El Amate. Y lo histórico es, sí por ser el primer diputado a que se le desafuera en el congreso local, pero más aún por ser militante del partido en el poder es decir el PVEM. Bueno ya parece que a éstos del verdeecologista ya les gustó acaparar las planas de los escándalos políticos. Ya ve al ex dirigente nacional del Verde y ahora ex subsecretario de la poderosa secretaria de Gobernachong (je), el señor Arturo Escobar y Vega.
Pero ¡vamos ánimo! Y «pelillos a la mar». ¡Que no decaigan las esperanzas en un promisorio porvenir! (Dixit Don Susanito Peñafiel y Somellera/ Joaquín Pardavé). Ojala y las cosas fueran así de simples como lo plantera popular personaje porfiriano en la cinta México de mis recuerdos. Pero no, la cosa es más seria como para un simple «usted disculpe» y borrón y cuenta nueva. Habrá qué entonces, a partir de esta acción que ciertamente y «haiga sido como haiga sido» (dixit Felipe Calderón) habla bien de la LXVI legislatura, de no dejar de seguirle el hilo a la madeja porque sin duda nos puede conducir a otros ilícitos y a otros actores, es menester. En tanto y en voz del propio presidente del Congreso local Eduardo Ramírez Aguilar, a partir de este evento en cuanto hace al desafuero del diputado 41, habrá que analizar la pertinencia de tener un diputado migrante. Y por lo pronto y no me lo está preguntando le diría, que no le busquen mucho porque el veredicto de la sociedad desde su implementación por el propio congreso en tiempos del gobernador Juan Sabines Guerrero, ya había manifestado su rechazo. Pero ya ve como son nuestros legisladores, sumisos y obedientes al jefe máximo en turno. Pero no los justifica. Y si como dicen que dicen en el congreso, éstos y anteriores diputados, cuando escuchan decir; «que los cocodrilos vuelan»; y algunos responden ¡están bien pendejos! ¿Quién dice eso?…¡el gobernador!, les contestan; de inmediato y con voz que trata de sonar convincente dio alcance diciendo; ¡Ah bueno síiii… pero vuelan bajito!, al tiempo que hacia un ademan con sus manos ejemplificando a un cocodrilo volando raso. Sin palabras. ¿La luz al final del túnel? Es la pregunta.

Ya de salida (a modo de reflexión)

¡Se va, se va… se fue! El 2015: Estamos ya prácticamente -y siguiendo el lenguaje beisbolero- en el cierre de la novena entrada con dos outs, tres bolas y dos strikes para que este partido iniciado el 1 de enero de 2015 llegué a su fin. Así y perdiendo el equipo del pueblo por apabullada frente al equipo conformado por el gobierno, finalmente todos perdemos. Aquí sí que no hay un real vencedor. Y sí, este aciago 2015 entrada por entrada nos han dejado en cero carreras y cuando mucho un par de hits que ni merecen ser recordados. Ahora y entrando al tema, en este desigual equilibrio de equipos, el primero decía ya, conformado por la ciudadanía desprovista de los más mínimos deseos de triunfo que no sabe que es jugar en equipo y para una causa común que es Chiapas, nos resignamos a que el equipo contrario ponga sus propias reglas, contrate a los manager y les preste los bates y las manoplas incluso, pa» qué más que la verdad ¡hasta las bolas! Claro se ve que ni de ésas tiene el equipo del pueblo. En contraparte, el team del gobierno en turno no solo tiene el dinero de su parte y con ello los mejores patrocinios, sino todo el poderío en su «caja» de bateo y picheo. Sus spaiks son afilados y de acero puro y aunque siempre terminan barriéndose en home, jamás los agarran en fuera de base y haciendo seif en home. Bueno para acabar pronto, ellos son los dueños de los estadios, de la utilería incluido decía ya ¡hasta de las pelotas!… y si no bastare ello para asegurar su triunfo anual, son quienes ponen a los demás equipos en competencia (léase partidos políticos) sino también a los ampáyer que sancionan el juego «democrático». El score al finalizar el juego 2015 sería de; cero carreras para el equipo de todos contra de «millones» de carreras anotadas a su favor; ah y que traducidos a pesos y centavos es; cero pesos para la gente, millones de pesos para las abultadas cuentas de los del gobierno. Así o más claro el jonrón. ..// Me queda claro. Salu2 y buen inicio de semana. ¡Se va, se va… se fue!

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