Divergente / Martha Alvarado Vidaña

Soberbia o ignorancia

El Estado nace como una necesidad del ser humano de organizar las actividades humanas, implementar reglas y parámetros, su finalidad es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, a través de la estructuración del organigrama, dividido en «Poderes del Estado».
Uno de los grandes problemas ha sido que la sociedad no comprende ni la función ni el alcance del Estado, mucho menos que es una persona moral con vida propia.
El poder del Estado se origina en el poder de cada habitante, es equivalente a padres que proporcionan todos los elementos a su hijo, otorgándole el poder para decidir el destino de la familia.
La sociedad confunde ahora a la persona jurídica «Estado», con la figura jurídica «Ejecutivo Nacional», el propio Presidente de La República investido del poder que le otorga la figura jurídica, en esa soberbia de poder que absorbe a cualquier humano si no está preparado para tenerlo, se confunde al creer que el Estado es él mismo, ya no digamos a una sociedad que buscando su propia sobrevivencia se olvida del tema jurídico filosófico elemental para la sana construcción del pensamiento y de la toma de decisiones acertadas.
Hoy vemos a un presidente de México que absorbió al Estado en sí mismo y vemos a un Estado descompuesto, a los otros dos «Poderes» sin poner límites a la figura Presidencial, ni al Poder Ejecutivo olvidando entonces su responsabilidad para con el Pueblo de México y peor aún, las consecuencias de esa omisión.
El artículo 116 Constitucional de la General de la República señala claramente los tres «Poderes» que componen al Estado: Judicial, Legislativo y Ejecutivo.
Señala también que dos o más «Poderes del Estado» no pueden reunirse en una sola persona. Hoy de hecho y no de Derecho lo vivimos.
El propio numeral 116 de la Constitución de La República ordena la autonomía de los Poderes del Estado: El poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo ¿En qué momento el Poder Ejecutivo se dijo el hijo mayor del Estado cuando todos están investidos de la misma jerarquía?
La sociedad debe comprender los principios y composición del Estado, la función y operación del mismo y comprender que la figura jurídica del presidente no es «Él» en su persona sino su composición. organización y su interrelación con los otros dos poderes homólogos al primero y la bondad y beneficio que representa para nosotros los ciudadanos la separación de poderes y la igualdad en cuanto a jerarquías.
La práctica visible de la supremacía del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial y Legislativo no es jurídica es vanidad y además costumbre, y la costumbre que es la práctica reiterada de una conducta lo ha llevado a sentirse como si lo fuera sin embargo legalmente no lo es.
Los ciudadanos debemos de dejar de confrontarnos por la persona física que representa al Ejecutivo Nacional, es tiempo de analizar quién debe asumir los escaños de poder que son los que permiten a un ciudadano normal investirse de poder y tener la facultad legal y jurídica de tomar decisiones por nosotros los ciudadanos, en los órganos de poder.
Ejecutivo Nacional no es el Estado, no es el Poder Ejecutivo es el máximo representante de éste, sí, y mientras el objetivo de proporcionar mejor calidad de vida a los ciudadanos se cumpla debe continuar de lo contrario es necesario conocer el artículo 39 Constitucional que en una de sus partes dice: «… El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de cambiar su forma de Gobierno…»
…Al filo de la navaja es mejor estar en la navaja que en el filo…»

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