En la Mira / Héctor Estrada

Aquiles Espinosa, omiso e inoperante en movilidad urbana

Mientras la resistencia social y el debate público se centran en la construcción de un circuito interior para Tuxtla Gutiérrez, la Secretaría de Movilidad y Transporte brilla por su ausencia. La dependencia responsable de hacer valer las leyes y políticas públicas en materia de movilidad para Chiapas se ha sumido en un letargo de ausencia, inoperancia y omisiones, justo, para la atención de problemas que tienen que ver con sus obligaciones y atribuciones legales.

Y es que, el asunto de origen, que mantiene actualmente al doble paso vehicular elevado en el nudo de las discusiones, tiene que ver precisamente con temas de movilidad urbana (que van más allá de los vehículos privados). No ha habido participación pública de la Secretaría en los análisis del caso, argumentación o justificación de la problemática de movilidad de origen y, mucho menos, en la elaboración de propuestas alternativas menos costosas e invasivas.

La dependencia ha ignorado por completo sus obligaciones establecidas en la Ley de Movilidad y Transporte para Chiapas que le exigen, en su Artículo 4, párrafo XVI, la elaboración de estudios técnicos que permitan al Estado determinar “la factibilidad de propuestas que puedan atender y mejorar las condiciones de movilidad sustentable”.

Además, de garantizar el cumplimiento de la denominada “Jerarquía de Movilidad”, señalada en el Párrafo XX, Artículo 4, de la misma ley, que determina el orden de prioridad para el desarrollo de proyectos de movilidad en la entidad, colocando siempre a las personas con discapacidad, peatones, ciclistas y transporte público por encima de las necesidades del transporte privado… Obligación legal que evidentemente no ha sido hecha valer.

Así, mientras en Chiapas durante los últimos años se han proyectado más pasos a desnivel y vías rápidas, la Secretaría de Movilidad y Transporte no ha puesto en marcha ningún proyecto integral de transporte público para garantizar un sistema de calidad que incentive la movilidad colectiva y desestimule el uso de vehículos privados. Por el contrario, hace apenas unos meses autorizó la regularización de más de mil 600 taxis que se mantenían operando bajo permisos discrecionales con números provisionales (NP).

Desde el retiro del Conejobus, en 2020, la supuesta llegada de un nuevo sistema más moderno y eficiente a la capital estatal se ha quedado en pura promesa. De la propuesta, que incluía la reducción de rutas, para hacer sólo 65 de las 127 que actualmente existen, no ha habido nada. Al titular de la dependencia, Aquiles Espinosa, el tiempo le ha ganado sin resolver las principales exigencias de transporte público en Tuxtla Gutiérrez, y el fin de sexenio se encuentra prácticamente a la vuelta de la esquina.

Aquiles, hoy mas preocupado por asistir a eventos públicos, no sólo se ha olvidado del usuario del transporte público con tal de mantener los privilegios de las mafias, también le ha dado la espalda al peatón, a las personas con discapacidad y ciclistas, siendo omiso en salvaguardar sus derechos de movilidad prioritaria. En general, la Secretaría de Movilidad y Transporte se la olvidado por completo de trabajar sobre una de sus dos obligaciones y atribuciones que, justamente, le dan nombre a la dependencia.

Y es que, el exceso de carga vehicular en una ciudad no sólo se soluciona con la construcción de más calles, sino con medidas integrales que tienen que ver justamente con la movilidad urbana, la regulación del número de vehículos en funcionamiento y la habilitación de sistemas de transporte público eficientes. Por eso el papel de la Secretaría de Movilidad y Transporte tiene relevancia en la coyuntura y su ausencia omisa hace evidente hoy su fracaso en el tema… así las cosas.

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