El 44 por ciento de las mujeres tuvo que dejar de trabajar o cambió de ocupación para apoyar en los quehaceres del hogar
Lucero Natarén / Aquínoticias
Pedir prestado, dejar de pagar la renta o dejar de recibir la atención médica son algunas de las acciones que han optado muchos hogares en México, para tratar de mitigar la situación económica producto de la pandemia por COVID-19.
De hecho, en el peor momento de la crisis sanitaria, en mayo de 2020, el 69 por ciento de los hogares mexicanos redujeron sus ingresos; 35 por cierto reportó la pérdida del 50 por ciento o más de los mismos; en abril de 2022, a pesar de la recuperación del empleo, aún 47 por ciento de las familias reportaba recibir menos ingresos, se dio a conocer en el Seminario Universitario de la Cuestión Social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los expertos consideran importante mencionar que las secuelas de la enfermedad en el mercado laboral siguen vigentes, en especial para las mujeres. Por otro lado, la ENCOVID-19, encuesta telefónica representativa de la población mexicana que periódicamente recaba información sobre empleo, ingreso, salud mental, alimentación y otras dimensiones relevantes, para entender los efectos de la pandemia en nuestra población, a cargo de la Universidad Iberoamericana, revelo los siguientes datos:
En la población ocupada, el 44 por ciento de las mujeres y 33 por ciento de los hombres tuvieron que dejar de trabajar o cambiar de ocupación para apoyar en los quehaceres del hogar. «Aún en abril de 2022, 25 por ciento de ellas y 16 por ciento de ellos reportaron que aún no realizan sus actividades como antes de la crisis sanitaria».
La ENCOVID-19 arrojó también que entre las principales afectaciones se reporta que hay poco trabajo, bajas ventas, a los trabajadores les han reducido días de trabajo o que se están recuperando de la enfermedad.
