Palabras Claras / Silvano Bautista I.

Los nuevos alcaldes, en la calle de la amargura

El pasado 1 de octubre 121 alcaldes tomaron protesta de sus cargos, tomando en consideración que falta la elección del presidente de Tapilula. Lo hicieron seguramente con el mejor ánimo de dar cumplimiento a sus promesas de campaña y emprender acciones tendientes a mejorar la situación de sus municipios.
Sin embargo, con lo que no contaban es que al llegar se iban a topar con las arcas vacías, que sus antecesores les heredaron un cumulo de deudas y los dejarían prácticamente con las manos atadas y supeditados a las participaciones del gobierno federal y estatal.
Y que para nadie es un secreto que las nuevas autoridades municipales se empiezan a quejar de los pasivos heredados por las administraciones que se fueron.
Temas como los pasivos con acreedores y proveedores de servicios locales, así como el pago de los aguinaldos, son los que les angustian en este momento. Acostumbrados a no hacer previsiones para sus compromisos de fin de año, menos cuando se trata del último año de su gestión, es como tradicionalmente operan los ayuntamientos de Chiapas.
Se ha conocido casos de municipios importantes que un día antes del fin de su gestión, demandan ayuda a las secretarías de finanzas estatales, para cubrir pasivos vencidos de corto plazo y lo que menos les preocupan a los presidentes municipales que se van, es el pago de los aguinaldos.
Es claro que no hicieron ninguna previsión al respecto. Quizás antes les funcionó, pero hoy las finanzas estatales están en lo general, muy debilitadas.
Muchos alcaldes, lejos de buscar mecanismos y alternativas al optado por la queja y salir a que no tienen ni para los aguinaldos, detallando los enormes pasivos que le dejó la administración anterior. El problema no es la deuda financiera registrada, sino los pasivos contingentes y las previsiones para fin de año y no es el único.
Por ello, los nuevos alcaldes tienen una verdadera tarea de titanes. No es secreto que en muchos ayuntamientos los alcaldes se exceden en el protocolo, en los gastos de difusión y que manejan muchas partidas «secretas».
Difícilmente habrán recursos federales o estatales para el pago de aguinaldos, sería indebido, es más, ni los anticipos de participaciones porque estamos ya prácticamente a fin de año. Por ello, a muchos ayuntamientos solo les queda la posibilidad de los créditos de corto plazo, algunos ni a eso llegarán.

 

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