Poligrafo Politico / Darinel Zacarias

¡El reto electoral del 2021!

¡Lo niego todo, incluso la verdad! Joaquín Sabina

Los diversos estragos del Covid-19 en México van desde pérdida de vidas humanas, la crisis en la que está sumergiendo al sistema sanitario y el golpe a la economía.
La crisis del coronavirus también tendrá un impacto electoral inevitable y aquí los gobernantes y sus institutos políticos pagarán las facturas políticas.
Y efectivamente, dependiendo del manejo que los gobernantes dan y seguirán promoviendo sobre la emergencia ocasionada por el Covid-19, habrá de ser el costo político en las elecciones del 2021.
Y es que el ejercicio 2021 es considerado un escenario tildada como «la madre de todas las batallas» y la manera errada o acertada de gobernar, será el margen para el castigo o el reconocimiento de votos.
Quienes saben de política y de alquimia electoral están conscientes de que estamos frente a un escenario diferente y donde lo que se diseñe para la captación de votos, será factor perentorio.
Hablemos de Chiapas, aquí se formará un caldo de cultivo electoral, a partir del cruce funesto entre crisis económica y la crisis sanitaria que golpea mundialmente.
Los decesos, los desempleos, la quiebra de empresas, los contagios, las carencias en materia de salud, la promoción de una política sanitaria preventiva, es decir la efectividad de los gobiernos locales frente a esta pandemia, también será un indicativo.
Todo lo anterior, es lo que formó ese caldo de cultivo y que deja desnudos a muchos alcaldes que no sólo no atendieron las recomendaciones sanitarias, sino también que utilizaron la emergencia para lucrar política y económicamente.
Pese a que los animales políticos trabajen a marchas forzadas y hagan malabares y cálculos electorales, parece que la sociedad o el electorado ya no se dejan embaucar tan fácilmente.
Entre esos cálculos están los que operan con programas oficiales, los que arman asociaciones «patito», los que se disfrazan en las redes sociales con proclamas humanitarias, los que espantan con el petate del muerto, los quiméricos y los que definitivamente la demencia los mantiene con el ego dominante.
Y entonces la diversidad y el animalaje político infestan las aldeas, se han reproducido como plagas y todos aseguran ungimiento, ser promotores de una política distinta y reformadora.
Una política libertaria. Prometen una agenda de trabajo que aniquile las viejas prácticas, venden paliada su corriente ideológica y en el fondo saben que sus posibilidades son casi nulas.
Ya saben la regla política ¡Pide arriba, para que te consuelen abajo!
Pese a que el clima político polarizado y la encrucijada para la obtención de votos es una tarea que debe diseñarse de manera eficiente para no violentar la nueva normalidad.
Además los aspirantes deberán analizar que debido a la pandemia, el factor de estudio parece que se hará más fuerte y duro de roer: el abstencionismo.
Se acabaron las verbenas electorales, los mítines, los eventos masivos disfrazados de actos generosos y humanos.
Viene una política de a pie, de cara a cara, de frecuentar hogares y con ello, el riesgo de portar el virus.
El escenario es delicado y parece que poco importa a los insaciables de poder. Ellos, saben que votos son votos y no van a descansar hasta persuadir al electorado.
Repito, sin embargo el reto mayúsculo es que la pandemia no aleje a los ciudadanos de las urnas.
Por eso, el hacer campaña será totalmente diferente, van a salir mejor librados quienes tengan mejores estrategias de comunicación, quienes menosprecien este factor, tendrán severas consecuencias.
Las estrategias de comunicación serán las auténticas protagónicas rumbo al 2021 y aquí quienes tengan más capacidad y creatividad, llevarán un cuerpo de ventaja.
Sin menospreciar la otra arista de captación de voto, la de a pie, muy a pesar de sus recomendaciones y sugerencias sanitarias.
Lo único seguro es la cita con las urnas, porque la ley no prevé alguna ampliación de mandato por una pandemia.
Ya están los bandos: las alianzas estratégicas y sus institutos políticos que lograron el perdón, se reconciliaron y se abrazan por un beneficio en común: los cotos de poder.
Las vendettas pueden esperar. Los votos, no.
PD1: La semana pasada permaneció por varios días en Chiapas el Secretario General del Instituto Mexicano del Seguro Social, Javier Guerrero García, quién siempre estuvo acompañado del doctor Enrique Ureña Bogarín, representante de esa institución en la entidad. Guerrero García trajo la encomienda precisa de Zoé Robledo de recorrer hospitales y unidades médicas de las diversas zonas del estado para conocer la situación que enfrentan y ofrecer soluciones en los mismos lugares que se visitaban. Para esto hubo de acompañarse de una comisión de alto nivel que incluía a los titulares y representantes de las oficinas de infraestructura médica, conservación de servicios generales, coordinación de órganos colegiados, unidad de personal e, incluso, la coordinación de asesores, es decir buena parte de lo que conforma el «gobierno» interior de IMSS y que tienen capacidad de decisión para solventar los temas que conocieron in situ.
PD2: El líder de Chiapas Unido Conrado Cifuentes Astudillo realiza un trabajo de conciliación, dialogo e incluyente rumbo a las elecciones del próximo año. Fortalece los sectores, trabaja con los jóvenes y promueve la participación de la mujer en la vida política y social. Tiene la encomienda de reclutar a los mejores hombres y mujeres que puedan abonar grandes propuestas alternativas al instituto y por consiguiente que aporten mejoras a Chiapas y al país. Mucho éxito y que el trabajo se vea reflejado en las urnas.
¿Quién dijo qué tengo sed?

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