Qué más pue… / Carlos Coutiño

ERA

Eduardo Ramírez Aguilar, se convirtió ayer en el gobernador electo de Chiapas, quien mostró su interés por reconvertir a la entidad en un espacio dedicado a la paz, concordia, desarrollo y desde luego a la justicia, en efecto, es lo que todos deseamos y queremos que pase de manera pronta.

         Eduardo es sin duda, una esperanza, porque el número de votos así lo demostró, se logró más allá de lo pensado incluso; se comprometió a lograr objetivos específicos días antes de cumplir un año, eso quiere decir que con un equipo bueno y con la sapiencia, podrá lograr muchas cosas, entre ellas el cese al fuego en la geografía.

         Hay que dejar muy pero muy en claro, que Chiapas, no es una entidad que apenas vive la violencia como la vemos, en realidad, siempre ha sido así, la muestra para quienes vivimos a finales del siglo pasado y en lo que va de este, hemos sido testigos de cientos de acontecimientos violentos, sobre todo en la zona indígena.

         No se trata de culpar al gobierno, si no en este caso, decir con claridad que ningún gobierno ha sido el promotor de la violencia, lo que si se puede decir con conocimiento de causa, es que ha tenido mano dura en algunos momentos, lo que es plausible, porque eso hace que, haya mayor posibilidad de tener calma.

         Con Eduardo, a partir del 8 de diciembre, se espera que tenga sí esa mano muy dura, pero también muy apapachadora, es decir; que quien cometa un delito, no le tiemble la mano para aplicar la ley, pero también con la otra entender que hay que hacer justicia, en este segundo caso, significa que hay que proteger a la ciudadanía.

         Justicia no es lo mismo que ley, por lo tanto, se tiene que atender temas de suma relevancia, como es la pacificación que no logró la COCOPA y la CONAI, hoy quizás, sea necesario la creación de un organismo interno del gobierno para atenuar la zona roja, ahí está ya la ley del desarme y la de amnistía local.

         Luego casi a la par, tendrá que caminarse en el proceso de las bases para el desarrollo, ya lo dijo el mismo Eduardo que Tapachula será capital económica, pero a su vez, la región misma, por lo que se irá más allá de lo pensado.

         El gobernador electo, tiene que acercar a los pastores, obispos y arzobispo, me inclino en un llamado a Solalinde y a otros que vivieron el tema del EZLN, todos tenemos que ser parte de ese grupo para la paz real de Chiapas.

         Estoy seguro que Ramírez Aguilar, no ve la violencia como una opción para convertirse en héroe, pero si estoy convencido en que ve esto como el momento para salvar vidas, para ver sonreír a niños, tener mentes brillantes de jóvenes que ayuden a consolidar un parteaguas en la tecnología y ciencia.

         La unidad entre iglesias y magisterio, hará que se pueda caminar más rápido, pues ambos son apóstoles de una transformación espiritual y científica, ambas van de la mano; ambos enseñan que es lo mejor, por lo tanto si se coincide con ello, estaremos del otro lado.

         Y un no rotundo, para más acusaciones, señalamientos y sentencias a quienes han gobernado, finalmente nadie ha estado en los zapatos de ellos, para saber lo difícil que es gobernar una entidad como ésta, que tiene todo y de todo.

         Ayudemos todos, sin excepción, a que Rutilio termine bien su sexenio, para así también Eduardo inicie bien su próximo gobierno a partir del 8 de diciembre, aquí, no hay ni se tendrá, tiempo para acusar a nadie, empecemos por respetar a ambos, y como consecuencia, a quienes estarán acompañando al futuro gobernador.

TRABAJO

Los niños siguen ahora más que nunca, realizando trabajo en la vía pública, hoy ya no son solo indígenas que venden dulces, cigarros y lustran zapatos, hoy también se suman aquellos que se ponen en los Oxxos provenientes de colonias populares y que decir de los niños migrantes, esto solo en Tuxtla Gutiérrez.

         Este 12 de junio, recordamos el día internacional contra el trabajo infantil, del cual no hay una cifra real, ya que no existe censo alguno que lo determine y menos cuando se trata de que esto es en el anonimato, que incluso, me atrevo a decir, que es visto hasta como un derecho de los padres o familiares, que los niños paguen su comida, ropa y medicinas de ellos claro, pero también de los adultos en casa.

         Que es lo que ha fallado en realidad, de parte de los organismos internacionales y del gobierno federal, que se jacta de decir que ya no hay explotación laboral infantil, cuando vemos de manera lastimosa, como cada vez más, hay niños y adolescentes pidiendo una moneda o vendiendo algo para lograr tener que comer.

         No es el gobierno solamente quien tiene que atender este tema, es la sociedad misma, para ello, hay que entender que la niñez presenta miles de peligros, entre ellos, el tema de la pedofilia, como grupos sociales están diciendo que hay que cambiarles de sexo socialmente hablando, que hay que dejar de educarlos.

         Este es un grito a tiempo, para que el gobierno, si quiere paz a futuro, resuelva todo ya, no permitir ideologías ni creencias absurdas, es necesario respetar los derechos de ellos como la educación, el que tengan una familia, una vivienda, salud, espacios recreativos, y dejar de ser esclavos de la situación actual.

         Hay que visibilizar sí, pero también actuar, no se trata de negar una moneda a estos infantes, se trata de ver que sus padres o tutores, tengan trabajo, tengan espacios dignos para así ofrecerlos a los niños, si ellos viven mal, desde luego que repercute en estas criaturas.

         Sin duda alguna, vivir es un privilegio, pero en que condiciones vivimos todos, como se procede a tener un desarrollo, si no tenemos ambientes adecuados, en Chiapas hay que atenderlos como merecen, como lo marca la Constitución, pero también con una conciencia personal.

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