Honduras ¿negocio de quién?
Honduras es un país rico en extensión territorial, pero con una población de 9 millones 300 mil ciudadanos: Si cada año migran cerca de medio millón y sólo en Estados Unidos están ya 963 mil 930 de acuerdo al censo en el 2018, significa que esta nación podría quedar en 5 años con 4 millones de habitantes.
Amén de las circunstancias que obligan a los ciudadanos a migrar y que es propia de las condiciones políticas, finalmente es inobjetable que tienen razón, pero hoy la perspectiva es hacia el contexto del beneficio, es decir a quien le interesa que ese país se quede sin población.
Entre menos ciudadanos, más fácil el poder apoderarse de esa nación, a quien le interesa esa extensión territorial, es ahora la pregunta, ¿porque el interés sobre ellos? Lejos de tener apoyo de Naciones Unidas, de otros gobiernos, para sacarlo de la situación en la cual se encuentran, todos se cruzan de brazos para permitir que se debilite, incluyendo su propio gobierno.
Chiapas tiene 5.7 millones de personas, mismas que viven una pequeña extensión comparada con Honduras. Aquí hay problemas similares, también migran y pese a ello, la población se multiplica cada diez años.
La tasa de crecimiento según el Instituto Nacional de Estadística de ese país es cada vez menor. En el primer estudio se inició con una tasa de 3.28%, la cual ha tenido una tendencia descendente, alcanzando en el año 2013, 1.99%; las familias no son numerosas están entre 1 y 2 hijos.
La zona campesina o rural ha disminuido de 60.6% en 1988 a 46.6% en 2013, mientras que la parte urbana a 53.4%, debido a esa migración y que pone en riesgo la soberanía alimentaria, además de otros factores como el desarrollo del narcotráfico en ese país.
Hoy por hoy se podría pensar que hay gobiernos que desean ese territorio por su ubicación con el Atlántico pero también con el Pacífico, otros más por el tema de estar en Centroamérica de manera muy estratégica, qué decir de su vecino lejano Cuba y se puede observar algunos otros puntos.
Quizá empresas internacionales que han puesto sus ojos en esta nación para fines comerciales, como lo hacen otros en el contexto militar, la realidad puede ser diversa y subjetiva por ahora, lo que es cierto es que de todo esto hay quienes están ganando al debilitar a un país como éste.
Algunos autores dicen que entre menos población de un país, más fácil es para perder en un ataque militar, de tal suerte que sin necesidad de tener enemigos visibles, ellos ya están en desventaja ante cualquier eventualidad política, económica y militar.
De acuerdo con los datos, la pobreza de Honduras alcanza el 54.3% de 1.8 millones de hogares, los cuales no cuentan con servicios fundamentales, no pueden subsistir, no cuentan con saneamiento ni alcantarillado; existen aún en ciertos poblados el hacinamiento, viviendas en mal estado y niños sin acceso a la educación.
México no canta mal las rancheras y los cinturones de miseria se observan por todos los estados de la República, algunos más que otros y la muestra es que de los 32 por lo menos en 15 hay migración con miras a no volver por la situación en que se encuentran ellos y sus familias.
Entonces qué futuro le espera a Honduras, que prácticamente está al borde de una crisis total, terminarán «vendiendo» pero ¿a quién y por qué? Qué buscan con todo ello -se insiste- y cuál es la soberbia de su gobierno y de otros por atacar a gente inocente que sólo quiere vivir en paz y trabajar.
Por qué hay tanta ambición y por qué tanta intolerancia. La falacia de los gobernantes a nivel mundial de hablar de acabar con la pobreza, cuando en realidad es con los pobres, de cuidar el ambiente destrozando hectáreas de selvas y bosques, decir que los shampoos hoy tienen avena, miel y otros productos, mientras que los alimentos son literalmente plásticos.
COVID
La calidad del ser humano en México está a discusión. No podría pensarse que hay quienes han hecho un negocio del tema de la salud y más cuando se está poniendo en riesgo la vida; el coronavirus se ha vuelto más viral.
En el mercado negro ya están a la venta las pruebas rápidas como Realy, el cual se vende ahora como pan caliente y que las autoridades no saben ni cómo detener o simplemente ni se enteran que está pasando con este y otros productos que hasta milagrosos se han convertido.
La población tiene temor de enfermar porque sabe que puede morir, eso lo sabe bien aunque no haga nada en ocasiones por cuidarse y evitar el contagio; esto ha sido aprovechado para que algunos vendan de todo, desde cubrebocas hasta medicamentos, en algunos casos piratas como las vacunas.
Es triste, pero sobre todo preocupante el saber que nadie quiere actuar y todo se tiene que ver como negocio, que nada hay en realidad por el beneficio de la colectividad, incluso los aspirantes de los partidos políticos en este nuevo proceso electoral, ya hablan de la Covid como expertos en medicina.
Si la pandemia crece cada vez más, es un hecho que más personas que no quieren enfermar, terminarán por hacerlo. De hecho, de los 127 millones de mexicanos, los 127 seguramente se contagiarán en este y algunos meses del 2022; cada uno responderá al virus de acuerdo a sus condiciones de salud, igual salen bien librados o definitivamente perderán la vida.
No se puede culpar solamente al gobierno, se tiene que entender que es responsabilidad de todos, es personal el saber qué riesgos tenemos si nos contagiamos. Si el gobierno incumple con su parte, entonces uno mismo tiene que buscar alternativas, pero no ser presa ni de las autoridades ni de los negociantes de la salud y la vida.
La información es base importante para evitar que se siga propagando ventas clandestinas de medicamentos y todo aquello que pueda ser producto de la solución no solo de la Covid, sino de cualquier otro padecimiento.